Relieve de Placeres, así es la sorprendente pieza maya que rescató México de los saqueadores

El Relieve de Placeres, un friso maya de 8.39 metros de largo por 2.48 metros de alto, que se encuentra albergado en el Museo Nacional de Antropología (MNA) se encuentra en su tercera y última etapa de conservación, después de cuatro años de haberse iniciado y casi listo para ser exhibido.

Se trata de un relieve procedente de la cultura maya creado entre los años 450 y 600 d.C., el cual muestra a un joven gobernante flanqueado por dos ancestros divinizados que le entregan elementos de poder y fertilidad.

La colosal pieza, de 8.39 m de largo y 2.48 m de alto, representa a un gobernante joven flanqueado por ancestros. | Foto: Melitón Tapia. INAH

Dicha pieza que posee una controvertida historia de saqueo, ya que en los años 60 fue cortado en pequeños fragmentos para venderlo en Nueva York, sin embargo, fue repatriada y sometida a un intensivo proceso de conservación.

La finalidad de este trabajo de conservación es devolverle al relieve las características que tenía antes de su robo en 1968, es decir, sabiendo que para entonces tenía más de un milenio sometido al intemperismo, si se parte de la hipótesis que fue creado entre los años 450 y 600 d.C., dijo el restaurador-perito del MNA y coordinador del proyecto de conservación, Sergio González García.

No obstante, debido a su gran tamaño y la dificultad de trasladarlo a un laboratorio, los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decidieron intervenirlo a la vista del público, sin instalar una pared falsa como suele hacerse.

Ahora, se estima que, en diciembre próximo pueda presentarse con un planteamiento museográfico y un cedulario renovados en la Sala Maya del emblemático recinto del INAH, con un aspecto nunca visto, el cual esperan sea lo más cercano a su estado original.

Trabajos de restauración del friso de Placeres. | Foto: Reuters.

Conservación arqueológica del friso maya

El primer paso del proyecto consistió en un registro fotográfico y un análisis químico de los materiales y de la técnica de manufactura, el cual estuvo a cargo de expertos del INAH y del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Los expertos encargados de esta fase identificaron que los pigmentos usados en la policromía del relieve maya son óxidos de hierro en distintos grados de oxidación para los colores rojos; negro de humo para las pupilas de los personajes; y blanco a la cal para uñas y otros detalles en los ojos”, indicó González García.

La segunda fase consistió en la estabilización estructural de la pieza, lo que implicó la renovación del entramado metálico que le sirve de soporte y que databa de 1969, cuando el restaurador Carlos Sigüenza se lo colocó para reforzar y mostrar los 48 fragmentos como una unidad.

“A partir de cálculos tridimensionales y volumétricos, soldamos una nueva estructura que apoya cada fragmento con, al menos, cuatro soportes”, de modo que las dos toneladas que pesa el relieve descansan sobre un armazón estable”.

Ya estable, la pieza fue sometida a una limpieza integral, la cual requirió de dos años de trabajo, entre 2020 y 2021, para retirar totalmente el polímero mediante productos creados en por expertos del INAH.

Actualmente, los especialistas se enfocan actualmente en la reintegración cromática del Relieve de Placeres. Una vez retirado el polímero, los investigadores aplican bases de color en resanes y reposiciones, y sobre estas restituyen las islas de policromía faltantes mediante aplicaciones hechas con la técnica de puntillismo.

Friso maya, el relieve de Placeres y su historia de saqueo arqueológico

El relieve maya de Placeres ha sufrido alteraciones en su aspecto, derivado de diversos factores, entre ellas, las producidas al momento en que los saqueadores lo robaron hace 54 años y lo cubrieron con un polímero llamado Mowilith para evitar disgregarlo y poder dividirlo en 48 fragmentos que, a su vez, fueron embalados y transportados a Estados Unidos en avioneta.

Otro factor que afectó al frisol de Placeres fue, según González García, se produjo luego de su repatriación en 1969, lograda por el aviso que el entonces director del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, Thomas Hoving, dio al titular del MNA, Ignacio Bernal, al haberse ensamblado sin recibir una limpieza adecuada, usando la información que entonces se tenía y restituyendo sus segmentos faltantes, así como sus colores a partir del tono producido por el polímero.

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