¡Éntrale sin culpas! Tamales son ricos en nutrientes y deliciosos, ve por qué

Este próximo 2 de febrero llega el Día de la Candelaria y con ella los tradicionales tamales que tendrá que pagar el afortunado al que le haya tocado el “niño” en la Rosca de Reyes. La buena noticia es que aunque a muchos les preocupa la cantidad de calorías que contiene este típico platillo mexicano, lo cierto es que los tamales aportan nutrientes importantes para su salud.

¿Los tamales son nutritivos?

Sí, según la nutrióloga Ana María González, al estar elaborados con harina de maíz, la cual pertenece al grupo de los cereales, los tamales aportan al cuerpo no sólo carbohidratos, sino también nutrientes como la vitamina B1 o tiamina, que permite el correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular, así como ácido fólico, que es esencial para asimilar el hierro, la vitamina B12 y los aminoácidos.

No obstante, se debe tomar en cuenta que debido a que se trata de un alimento rico en calorías y con cierto contenido de grasa, lo cual varía según el relleno, por ello, lo mejor es elegir aquellos que contienen carne, ya sea pollo o puerco, pues resulta una buena fuente de proteínas, según dijo la experta en una publicación de Notimex, retomada por la iniciativa Cliki Salud de Fundación Carlos Slim.

Tamales en torta o “guajolotas”, ¿son nutritivas?

Contrario a lo que podría creerse, González aseguró que las llamadas “guajolotas” o tortas de tamal, también aportan nutrientes, ya que los ingredientes del bolillo lo sitúan en el grupo de los cereales y tubérculos sin grasa, situación que lo convierte en una buena fuente de carbohidratos y vitaminas.

Y es que, entre los nutrientes que aporta el trigo están:

  • Proteínas
  • Niacina
  • Vitamina B2
  • Ácido fólico
  • Vitamina B6
  • Hierro
  • Zinc
  • Magnesio
  • Potasio

Sin embargo, la especialista recomienda consumirlos en cantidades moderadas.

El bolillo y los tamales en conjunto aportan nutrientes al cuerpo humano. | Foto: Getty Images.

¿Por qué se comen tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria?

La tradición de comer tamales el 2 de febrero, Día de la Candelaria da continuidad al festejo del 6 de enero, Día de Reyes, donde quien sacó la figura del Niño Dios debe repartir tamales y atole entre las personas que partieron junto con él la Rosca de Reyes.

Sin embargo, según una publicación de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), comer tamales el 2 de febrero tiene una intima relación con el México prehispánico.

Ya que, para conmemorar el inicio de la temporada de siembra, los aztecas realizaban diversos rituales en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl, donde se servían productos elaborados con maíz, entre ellos los tamales, como ofrenda para los dioses.

Esta actividad antigua se mantuvo después de la Conquista española, por el sincretismo cultural y religioso. De hecho, según las crónicas de franciscano Fray Bernardino de Sahagún, dicha fiesta se acercaba al día del nacimiento o presentación del Sol en el calendario azteca, 12 de febrero, coincidiendo con la celebración católica que conmemora la presentación de Jesús en el templo después de la cuarentena, el 2 de febrero.

De algún modo ambos festejos se fusionaron en uno mismo por el fuego al que hacen referencia, por un lado las candelas o velas de la Virgen de la Candelaria y por el otro, el nacimiento del Sol de los indígenas, que además coincide con el inicio de temporada de siembra, indicó la UCSJ.

Comer tamales el Día de la Candelaria es una tradición que se conserva en México por el sincretismo entre el México Antiguo. | Foto: Getty Images.

Al respecto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que durante la conquista de México por los españoles, los frailes se dieron a la tarea de evangelizar, por lo que se mezclaron las tradiciones prehispánicas y católicas, dando paso a ritos con características únicas como las que se dan durante el Día de la Candelaria y los tamales como parte de las festividades.

La Fiesta de la Candelaria es la tercera festividad más importante de México después de la Pascua y la Navidad, según David Guerrero, investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

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