Microsismos en CDMX fueron causados por estas dos fallas: UNAM revela increíble vista en 3D

La interacción de las fallas de Barranca del Muerto y Mixcoac provocó los enjambres de microsismos que han ocurrido en la Ciudad de México desde 2023, según Víctor Cruz, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Nuestra investigación sostiene que los enjambres sísmicos registrados en 2023 se deben, en parte, a deslizamientos lentos en las dos fallas superficiales”.
Víctor Manuel Cruz Atienza, UNAM
Gracias a una investigación multidisciplinaria entre la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Geofísica de la UNAM, publicado en la revista científica Tectonophysics, se obtuvo una vista en 3D de estas fallas.
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Así se ven las dos fallas debajo de la CDMX
Un equipo de investigación, conformado por expertos mexicanos, observó señales inéditas de deformación tectónica en las zonas de las dos fallas al poniente de la Ciudad de México durante los días cercanos a los microsismos de hace casi dos años.
Para lograrlo, Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Departamento de Sismología de la UNAM, lideró un equipo para detectar este fenómeno a través de interferogramas de Radar de Apertura Sintética (InSAR, por sus siglas en inglés).
“El análisis y modelado de estos interferogramas, que desarrollamos nosotros mismos, junto con el estudio detallado de la microsismicidad, revelaron deslizamiento asísmico en dos fallas subparalelas separadas por 800 metros, mismas que nombramos como fallas Barranca del Muerto y Mixcoac”.
Víctor Manuel Cruz Atienza, UNAM

El círculo rojo representa el hipocentro de dos microsismos del 11 de mayo de 2023, mientras que el círculo amarillo responde a un microsismo que tuvo lugar el 14 de diciembre del mismo año.
En la vista tridimensional también aparece el deslizamiento en las fallas Barranca del Muerto y Mixcoac producido por dos temblores lentos en las fechas cercanas a ambos temblores.
“El deslizamiento ocurrió al este de las fallas que están bajo la ciudad; la mayoría de los microsismos ocurrieron al oeste, bajo las cañadas donde se expresan ambas fallas en la superficie“, precisó la UNAM.
Descubre una segunda visualización en 3D de las fallas en CDMX
La siguiente visualización tridimensional y localización geográfica de las fallas representa con colores a cada una, representando el deslizamiento que experimentaron durante los movimientos telúricos de mayo y diciembre de 2023.

“Nótese cómo estas estructuras se manifiestan en la superficie hacia el oeste como dos barrancas alineadas con las fallas enterradas al este”, remató la UNAM.
Esto permitió descubrir que el deslizamiento de las dos fallas fue imperceptible para la población, lo cual quiere decir que las deformaciones observadas en la superficie se debieron en un 95% a deslizamiento lento en la falla Barranca del Muerto y en un 70% en la de Mixcoac.
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Entonces… ¿por qué se producen los microsismos de la CDMX?
El especialista expresó que los microsismos de la Ciudad de México son, en parte, resultado de deslizamientos lentos en fallas activas que yacen bajo los sedimentos lacustres de la cuenca.
“Este fenómeno está vinculado a la presencia de fluidos subterráneos y al estado de esfuerzo regional, particularmente a los procesos de extensión asociados al Eje Volcánico Transmexicano, que generan estas importantes estructuras geológicas y sus interacciones mutuas”.
Víctor Manuel Cruz Atienza, UNAM
Los mantos acuíferos también juegan un papel fundamental
También aseguró que sismos lentos similares, relacionados con los mantos acuíferos, se han observado en otras fallas alrededor del mundo en años recientes.
Se trata de deformaciones mínimas, pero vinculadas a estructuras geológicas poco profundas, donde los fluidos subterráneos desempeñan un papel preponderante, según Cruz Atienza.
La difusión de fluidos subterráneos tiene una implicación directa en la ocurrencia de sismos lentos, los cuales inducen pequeñas fracturas a su alrededor generando microsismos.
“La presencia y movilidad de estos fluidos reduce la fricción entre los bloques de la falla, lo que permite que el deslizamiento ocurra de manera gradual y sin liberar energía repentinamente, como sucede en los temblores comunes. Este fenómeno está asociado con los sismos lentos“, expresó.
En el caso de Ciudad de México, el estudio sugiere una posible relación con la sobreexplotación de acuíferos cercanos, donde en un radio de un kilómetro de las fallas existen aproximadamente 15 pozos activos de extracción.
Nuevos hallazgos sobre las fallas Barranca del Muerto y Mixcoac
La investigación sugiere que las tensiones inducidas por el deslizamiento de mayo en la falla Barranca del Muerto contribuyeron a que este movimiento lento de diciembre en la falla Mixcoac fuera más superficial.
Víctor Manuel Cruz Atienza declaró que estas fallas presentan una orientación este-oeste muy específica y notablemente similar. Ambas poseen una expresión superficial en la zona que atraviesa la Supervía Poniente.
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Además, aseguró que el análisis geomorfológico de la topografía regional evidenció una “extraordinaria” correspondencia entre los segmentos subterráneas de las dos fallas al este y las cañadas de Barranca del Muerto y Mixcoac al poniente.
En este sentido, las cañadas de la Sierra de las Cruces, al poniente de la CDMX, son una expresión sismotectónica de múltiples fallas activas en el Valle de México, incluyendo las dos descubiertas en el estudio.
Estas fallas generan sismos lentos
Los sismos lentos son el fenómeno más frecuente en fallas activas y ocurren cuando éstas se deslizan lentamente sin generar ondas sísmicas perceptibles, según Víctor Cruz Atienza.
Un sismo lento puede durar días e incluso meses, a diferencia de los comunes que ocurren en cuestión de segundos, pues liberan energía lentamente, por lo que no se perciben si quedan registrados en sismómetros, sólo en instrumentos geodésicos especializados.
Los microsismos no pueden ser alertados
Los microsismos no pueden ser alertados al tener su epicentro debajo de la capital mexicana, por lo que el investigador recomendó estar consciente de la naturaleza de las estructuras en las que uno habita o trabaja, saber cuál es su condición.
Además, Cruz Atienza aceptó que el reglamento de construcción en la Ciudad de México es de los mejores que hay en el mundo y se renueva continuamente.
La importancia de la investigación al tema de los “sismos lentos”
Finalmente, el experto de la UNAM destacó la fascinación que le provoca descubrir sismos lentos en la Ciudad de México, además de identificar por primera vez dos fallas activas en profundidad.
“Pero lo más importante es cómo se comportan éstas, porque para que haya un enjambre sísmico tiene que haber un proceso geológico subyacente que provoque esas pequeñas fracturas que sentimos como microsismos”.
Víctor Manuel Cruz Atienza, UNAM
Dicho proceso, que no se había podido identificar, consiste en gran parte en los sismos lentos, es decir, deslizamientos asísmicos en fallas geológicas que perturban los esfuerzos de las rocas y que producen enjambres sísmicos.
Este tipo de fenómenos también se identificó en Estados Unidos, Italia e India, lo que demuestra que los sismos lentos son frecuentes y pueden desempeñar un papel clave en la generación de sismos locales con potencial riesgo para la población.
Aún faltan investigaciones sobre sismos y microsismos
Víctor Manuel Cruz aclaró que su investigación no significa que se puedan predecir los sismos todavía. “Todavía no somos capaces de decir en qué lugar, de qué tamaño y cuándo será el próximo gran sismo. Es imposible por el momento, pero cada vez nos acercamos más”, señaló.
Sin embargo, también reconoció que la comprensión sismológica ha cambiado con el paso de los años.
“Hemos entendido muchas cosas sobre comportamiento de las fallas en los últimos 20 años, como la existencia de los sismos lentos y el rol que desempeñan en el ciclo sísmico. En parte gracias al avance en nuestra forma de analizar (…) en ciertos casos, fenómenos precursores de grandes terremotos”.
Víctor Manuel Cruz Atienza, UNAM
El investigador declaró que actualmente promueve una iniciativa importante para instrumentar y estudiar a fondo la zona de subducción mexicana con la esperanza de identificar en un futuro fenómenos precursores de grandes terremotos en México, como son los sismos lentos y la fenomenología asociada.




