“Hidalgo no tocó la campana”: ¿qué pasó realmente la noche del 15 de septiembre de 1810?

México conmemora cada 15 de septiembre el inicio de la Independencia con el festejo del Grito, un momento que hace alusión a la escena emblemática del cura Miguel Hidalgo tocando la campana de Dolores a medianoche, acto que marcó el comienzo de la lucha insurgente.
Sin embargo, el investigador Alfredo Ávila y el historiador Alejandro Rosas aclaran que los hechos de aquella noche y madrugada fueron muy distintos a como se nos han contado en los libros de texto.
La conspiración descubierta
Rosas explicó que la tarde del 15 de septiembre de 1810, Juan Aldama llegó a Dolores con la noticia de que la conspiración independentista había sido descubierta. Según relató, al enterarse Ignacio Allende, el organizador militar del movimiento, dudó y planteó suspender el plan. Fue entonces cuando Miguel Hidalgo asumió el liderazgo.
Y contó que en ese momento Hidalgo lanzó una frase que sí quedó registrada: “Es hora de ir a coger gachupines”. Ordenó liberar a los presos de la cárcel y encerrar a los españoles en sus casas.
“Entre las 4:00 y 8:00 de la mañana del 16 de septiembre, ya contaba con cerca de 600 seguidores”, relató el historiador.
La mañana del 16: arengas y decisiones
Por su parte, Ávila, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, agregó que la mañana del 16 coincidió con el día de mercado en Dolores. La gente de pueblos y ranchos acudía a vender productos y a la misa dominical.
En ese contexto, Hidalgo se dirigió primero a la cárcel para liberar a los presos, a quienes arengó con un discurso inicial. Después avanzó hacia la parroquia de Nuestra Señora de Dolores, donde ya se congregaba más gente debido al llamado a misa. Allí, el cura lanzó otra arenga “inflamada y llena de pasión”, denunciando la invasión francesa en España y la complicidad de las autoridades novohispanas.
Ávila destacó que Hidalgo ofreció un incentivo económico, un peso al día para quienes se sumaran con caballo y armas, y cuatro reales para los de a pie. Además, prometió la abolición de los tributos, una medida especialmente atractiva para indígenas y afrodescendientes que debían pagarlos.
Su arenga concluyó con frases como “¡Viva la libertad, viva la América, abajo los tributos, abajo el mal gobierno!”.
¿Qué dijo realmente Hidalgo?
Rosas señaló que Hidalgo no tocó la campana de Dolores, ni pronunció el famoso grito que hoy se evoca y emula para los festejos de la Independencia de México. Simplemente exhortó a la gente a acompañarlo “a defender el reino porque lo quieren entregar a los franceses”, también prometió acabar con los tributos y confirmó que ofreció pagar a quienes se sumaran.
“Creemos que gritó ‘muera el mal gobierno’, “viva Fernando VII’, ‘viva la Virgen de Guadalupe’, pero realmente no se sabe, no hay una versión estenográfica”.
Alejandro Rosas, historiador
Ávila concuerda con Rosales al asegurar que Hidalgo gritó “viva la liberta”, “viva la América”, “abajo los tributos”, pero también agregó que entre la multitud sí se escuchaban vivas a Fernando VII, impulsados por Allende y las milicias criollas, pero Hidalgo no lo mencionó directamente.
Tiempo después, frente a sus jueces, el propio cura aclaró: “Mi delito fue haber querido hacer independiente este reino”.
El “Grito” a través de los años
La versión heroica del Grito se fue formando con el paso de las décadas. José María Morelos fue el primero en resaltar la voz de Hidalgo en sus “Sentimientos de la Nación” y en establecer el 16 de septiembre como fecha solemne. Ya en 1825, el presidente Guadalupe Victoria instauró la primera ceremonia oficial, mencionó Rosas.
También el historiador aseguró que durante gran parte del siglo XIX, las celebraciones se realizaban en la Alameda Central de la Ciudad de México, con veladas, discursos y fuegos artificiales. No fue sino hasta 1896 cuando Porfirio Díaz trasladó la campana de Dolores al Palacio Nacional y tocó desde el balcón central, dando inicio a la ceremonia como la conocemos hoy. En ese entonces no había micrófonos ni altavoces, por lo que Díaz solo agitaba la bandera y hacía sonar la campana.
Por su parte, Ávila indicó que fue Maximiliano de Habsburgo el primero quien al tratar de apropiarse de símbolos mexicanos, dio el Grito y tocó la campana en Dolores Guanajuato.
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