Muere Gilda Cruz-Romo, diva mexicana de la ópera, a los 85 años
Gilda Cruz-Romo, cantante soprano de ópera, falleció durante la noche del lunes 30 de junio a los 85 años. La Compañía Nacional de Ópera de México compartió la noticia a través de sus redes sociales y no se ofrecieron las causas de muerte de la artista mexicana.
“Lamentamos profundamente el fallecimiento de la soprano Gilda Cruz-Romo, quien debutó en el Palacio de Bellas Artes en 1962. Gracias a su extraordinaria calidad artística, se presentó en los escenarios más importantes del mundo como la Royal Opera House de Londres”.
Compañía Nacional de Ópera de México
¿Quién fue Gilda Cruz-Romo?
Gilda Cruz-Romo nació en 1940 en Guadalajara, Jalisco, y fue reconocida a lo largo de su vida por su expresividad vocal y entrega escénica, según recordó la propia Ópera de Bellas Artes.
“Su carrera estuvo marcada por interpretaciones memorables de personajes centrales del repertorio lírico, entre los que destacan Aida y Tosca”.
Compañía Nacional de Ópera de México
Con el Metropolitan Opera House de Nueva York, debutó con Madama Butterfly y a lo largo de 15 años, participó en más de 160 representaciones en ese escenario, encarnando roles como:
- Nedda
- Violetta
- Manon Lescaut
- Suor Angelica
- Aida
- Tosca
- Elisabetta di Valois
- Amelia
- Las dos Leonoras verdianas
- Desdémona en “Otello”
Su última aparición en el Met tuvo lugar en 1984, de acuerdo con la Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Más detalles sobre la trayectoria de la diva de la ópera
Se trasladó a la Ciudad de México, donde fue alumna del barítono Ángel R. Esquivel. Su carrera inició en el Coro del Ballet Folklórico de México, destacando pronto como solista en el Palacio de Bellas Artes, según el portal Pro Ópera.
Su debut operístico ocurrió en 1962 como Ortlinde en “Die Walküre” de Wagner, y en 1963 brilló en el rol protagónico de “Suor Angelica” de Puccini. Durante esa etapa colaboró con figuras como Montserrat Caballé.
En 1966 tuvo su primera experiencia en el extranjero con la Ópera Cívica de Dallas, interpretando papeles en óperas de Verdi. Un año después contrajo matrimonio con el barítono Roberto Romo y continuó ampliando su repertorio con obras de Donizetti, Giordano y Mendelssohn.
Tras años en escenarios internacionales, regresó al Palacio de Bellas Artes en 1973 como Amelia en “Un ballo in maschera“. Desde entonces adoptó oficialmente el nombre artístico Gilda Cruz-Romo, consolidando su prestigio internacional.
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Gilda Cruz-Romo actuó en los más importantes teatros de Europa y América: La Scala de Milán, Royal Opera House de Londres, Ópera Estatal de Viena, Arena de Verona, Teatro Colón de Buenos Aires y el Bolshoi de Moscú, entre otros.
Participó en festivales internacionales como el Puccini en Toluca y el Festival de Orange en Francia. En México, brilló en conciertos emblemáticos y fue figura central en los festejos del 50 aniversario del Palacio de Bellas Artes en 1984
Sus últimas presentaciones incluyeron recitales en el Festival Cervantino y una emotiva despedida en Jalisco interpretando “El amor brujo“.
Gilda Cruz-Romo dejó una huella imborrable como una de las sopranos mexicanas más grandes de la historia, remató Pro-Ópera.
