Huentitán ha perdido a su hijo pródigo. Vicente Fernández ha muerto y al igual que en la mayoría del país, en ese lugar los homenajes y las lágrimas no se han hecho esperar.
A aquella tierra, ubicada en Guadalajara, Jalisco, en un lejano 1940, llegaron Ramón Fernández Barba y Paula Gómez padres de quien, a la postre, se convertiría en uno de los mayores ídolos de México y el mundo.
Actualmente, el mayor ingreso en aquella zona occidental, que cuenta con poco más de 17 mil habitantes, es el comercio minorista y el turismo pues en los alrededores de Huentitán El Alto se encuentra la popular Barranca de Huentitán de Oblatos.
El citado centro turístico fue declarado como Área Natural Protegida desde 1997 y se presta para el senderismo y la contemplación de sus grandes paisajes.
Vicente vivió, antes de partir a Tijuana a triunfar en la música, en los cruces de las calles Arcediano y Otilio González en una casa de grandes dimensiones que aún se conserva en pie y, en donde los vecinos aseguran, aún se encuentra la pileta donde se bañaba.
“Aquí fue donde pasó su niñez y juventud. Su hermana viene aquí a veces a recordar cómo era su infancia. Aquí está parte del establo donde ordeñaba junto con su papá. Aquí fue donde él estuvo sus años antes de salir cantante… Antes, él se dedicaba a ayudarle a su papá en las labores de la ordeña, a dar de comer y a repartir la leche; las entregas”.
Jesús Del Toro, vecino.
Huentitán, que es la localidad más grande de Guadalajara y que significa en náhuatl “lugar donde se hacen ofrendas”, recibía cada 12 de diciembre a “Chente” quien cantaba las mañanitas a la Virgen, según han narrado algunos vecinos a medios.
Fue en esta comunidad donde Vicente comenzó a tocar guitarra y cantar entre los seis y ocho años de edad, además de estudiar música folclórica sin pensar que se convertiría, según lo ha descrito el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un icono de la música.
“Aquí primero cantó en la Plaza de Los Mariachis un tiempo, después cantó en ‘El Sarape’ . De ahí pa´ delante se fue pa´rriba”.
Mariachi de Huentitán.
Tras partir de su tierra, algunos vecinos aseguran que regresaba continuamente a un localito a comer tacos.
“Dicen que sí venía a un localito, venía a comer tacos de suadero. Aquí venía a cenar; venían varios, Lyn May y Vicente Fernández, todos los cantantes de esa época”.
Ramón Sánchez Reinoso, taquero de Huentitán.
Quienes lo conocieron aseguran que Vicente Fernández fue el ídolo del pueblo porque cantaba con dolor a quienes sufrían, alegraba a quienes estaban felices y acompañaba con su canto a los solitarios.
Vicente Fernández falleció este 12 de diciembre, día en el que miles se congregaron en el Rancho de “Los 3 Potrillos”, en donde su familia organizó una emotiva despedida.