De mamás abnegadas a mamás insumisas, retrato de las madres en el cine mexicano
El retrato de las madres en el cine mexicano ha evolucionado al ritmo de la sociedad, dejando atrás figuras abnegadas y morales para abrir paso a mujeres complejas, empoderadas y en lucha constante. Así lo explicó en Noticias en Claro el crítico de cine José Antonio Valdés Peña.
En esta ocasión, durante su recorrido cinematográfico, recordó cómo Sara García marcó el arquetipo de la madre moralista y sacrificada en cintas como Cuando los hijos se van, dirigida por Juan Bustillo Oro. En ella, la figura materna intenta mantener el orden y los valores familiares, incluso frente al desarraigo urbano. Sara García, quien comenzó a interpretar a adultas mayores desde los 40 años, se convirtió en la “abuela de México”, símbolo de entrega y tradición.
Posteriormente, Libertad Lamarque y Marga López continuaron el molde de madres abnegadas en cintas como Soledad (Miguel Zacarías, 1947), mientras que Víctimas del pecado (Emilio “El Indio” Fernández) llevó este sufrimiento maternal a los cabarets, donde Ninón Sevilla adopta al hijo abandonado de una compañera.
Madres que rompen moldes: de los 80 a la actualidad
Mientras que la década de los 80 marcó una ruptura con estos estereotipos. En Doña Herlinda y su hijo (Jaime Humberto Hermosillo), la madre prefiere mantener las apariencias en una Guadalajara conservadora mientras permite que su hijo homosexual viva su relación en secreto.
Al mismo tiempo, Lola (Mariano Barroso) muestra a una joven madre independiente, que lucha por sobrevivir con su hija tras el sismo de 1985, ejerciendo su libertad sexual y económica.
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En la actualidad, el cine mexicano ha explorado la figura de las madres buscadoras, como en La civil (Teodora Mihai), protagonizada por Arcelia Ramírez, quien interpreta a una madre que se adentra en el crimen organizado para hallar a su hija desaparecida. Su actuación fue ovacionada en el Festival de Cannes.
Este mosaico de maternidades, de la figura tradicional a la rebelde, retrata no solo la evolución del cine nacional, sino también las transformaciones sociales, culturales y políticas que atraviesan a México. Como dijo Valdés Peña: “De las mamás abnegadas a las mamás insumisas”, el cine sigue siendo un poderoso reflejo de nuestras realidades.




