El 24 de noviembre de 1991 murió Freddie Mercury a causa del SIDA y dejó tras de sí una leyenda como el líder y vocalista de la mítica banda Queen, aunque durante este tiempos se han revelado muchos de sus secretos aún hay uno que se mantiene custodiado por quien fue su gran amor: Mary Austin.
Freddie se refería siempre a Mary Austin como “su esposa”, aunque nunca se casaron, pero tuvieron una relación de 6 años antes de que el músico aceptara su bixesualidad, ella siempre se mantuvo a su lado, hasta los últimos días de su vida.
Mary Austin vive en la mansión de Londres que le dejó Freddie Mercury, valuada en más 22 millones de dólares, recibe anualmente miles de dólares por poseer un porcentaje de los derechos de autor de la banda, pero lo más impresionante es que aún mantiene oculto el más grande secreto del cantante.
En 1975 Freddie compuso uno de sus más grandes himnos, “Love of my life”, que mucho tiempo después se conocería estuvo dedicado a Mary Austin y esa fidelidad entre ambos se mantuvo hasta el final de los días del líder de Queen y más allá.
Ya que Mary cumple hasta estos días la última voluntad de Mercury; el cantante le encargó que esparciera sus restos en un lugar que no fuera revelado nunca.
El requerimiento tenía una razón muy clara, Freddie Mercury temía que el lugar donde descansaran sus restos pudiera ser vandalizado.
Mary Austin guardó durante dos años las cenizas del músico en su propio dormitorio, pero un día, sin que nadie supiera hacia dónde iba, las tomó y llevó a su destino final.
“No quería que nadie intentara desenterrarlo, como había sucedido con algunas personas famosas. Los fanáticos pueden ser profundamente obsesivos: quería que siguiera siendo un secreto y seguirá siéndolo”, declaró Austin en una entrevista con un medio británico.
Mary Austin ha mantenido el secreto completamente, a tal grado que ni los padres de Freddie Mercury supieron cuál fue el fin de las cenizas de su hijo.
A 29 años de la muerte de Freddie Mercury su gran amor aún guarda el secreto más oculto del cantante y quizá nunca sea revelado.
