Juguetes clásicos mexicanos que divirtieron a generaciones

Juguetes clásicos mexicanos. FOTO: Cuartoscuro | Getty Images | Marco A. Jiménez

En la actualidad, la infancia mexicana ha olvidado juguetes que nuestros padres y abuelos utilizaban para divertirse con la familia y amigos.

Olvidados en el tiempo, reemplazados por la tecnología, éstos son algunos de los juguetes clásicos mexicanos que hace unos ayeres divertían a grandes y pequeños.

El Trompo

Si bien no se sabe el origen real del trompo, este juguete en México fue realizado por años de manera artesanal, principalmente a base de madera de guayabo o mezquite, pintado a mano con múltiples colores que lo adornan, en su mayoría con franjas horizontales.

Algunos cuentan con una punta metálica, otros contienen una punta hecha con un clavo, hasta que, en los años 60, empezaron a introducirse los trompos hechos a base de plástico con marcas como Plasti Marx o Duncan.

Con cordeles muy básicos para los trompos artesanales y unos más especializados para el lanzamiento del juguete en el mundo deportivo, éstos fueron cambiando de materiales con el tiempo.

El trompo se volvió un clásico de los juguetes mexicanos por mucho tiempo, sin embargo, hay que destacar que no se sabe dónde fue creado y hubo antecedentes de su aparición desde el año 4000 a. C. a las orillas del río Éufrates.

En países como España y en Latinoamérica, el trompo también fue un juguete muy utilizado y en el mundo ha tenido diversas formas que han contribuido a los juguetes de los más pequeños, aunque poco a poco han sido menos utilizados.

El trompo es una peonza, un objeto que puede girar sobre una punta donde sitúa su centro de gravedad, otras peonzas conocidas y utilizadas para jugar son:

  • Pirinolas
  • Dreidel
  • Snurra sueco
  • Spun
  • Beyblade

El Yoyo

Otro juguete del cual se desconoce su origen exacto, aunque se considera que tuvo antecedentes en la antigua Grecia, debido a las pinturas que fueron retratadas hacia el año 440 a. C.

Centrémonos en el yoyo mexicano, que también se caracterizó por tener una base artesanal, desde su uso como arma de caza, hasta su utilización como juguete.

Como artefacto para el entretenimiento, el yoyo es conocido por realizarse en madera desde hace décadas en territorio mexicano, está dividido en dos partes que se encuentran unidas por el centro, donde un cordel va sujeto para ser enrollado y posteriormente soltado para girar.

Al igual que con el trompo, los niños, jóvenes y adultos se divierten realizando trucos y suertes que hacen vistoso el movimiento del objeto.

Como parte de las artesanías mexicanas, los yoyos se caracterizan por ser trabajados y pintados a mano con colores vistosos e inclusive, con imágenes o animales realizados a mano.

Una de las marcas más famosas por la venta de yoyos en el mundo fue la empresa estadounidense Duncan, del dueño Donald Duncan, quien compraría las fábricas de Pedro Flores en 1930 en Estados Unidos.

La muñeca Lele

Esta muñeca, de origen otomí con corazón queretano, se fabrica en el municipio de Amealco, y aunque se ha perdido mucho como el juguete mexicano para uso de niñas y niños, se ha vuelto famoso como artesanía y valorado en diferentes partes del mundo, al punto que se ha llegado a estimar que las personas de origen indígena que las confeccionan llegan a fabricar hasta 150 mil al año.

Tanta ha sido la popularidad de la muñeca Lele en el mundo, que se ha visto que se realizan algunas réplicas de menor calidad con el fin de poder abarcar un poco del mercado que las adquiere.

Las historias detrás del juguete mexicano

Mucho se habla sobre el origen de esta famosa muñeca, que algunos mencionan que “Lele” significa en otomí, “bebé”, por el cual supuestamente se le dio el nombre, a pesar de que en distintos países la ubicaban como la muñeca María.

Algunos la relacionan con la diosa de la luna Ixchel, por la cual se dice se le colocan listones en de colores en forma de corona en la cabeza de la muñeca Lele.

Una de las historias que rondan el internet, indica que las muñecas eran colocadas en los entierros de los niños fallecidos para disipar a los malos espíritus.

En la actualidad este juguete mexicano está realizado con tela, aunque la historia ha dictado que se llegó a realizar de arcilla y palma.

Estas muñecas artesanales fueron nombradas patrimonio cultural intangible de Querétaro el 15 de agosto de 2018.

Como dato extra, te decimos que este juguete aumentó tanto su popularidad que en el estado de Querétaro puedes encontrar su imagen hasta en los semáforos.

Los luchadores de plástico

Para todos los amantes del pancracio, este juguete debe ser un referente que entre los mexicanos más chicos siempre estuvo dentro de sus hogares como parte de los regalos navideños, como compra a las afueras de los eventos de lucha libre o como parte de uno de los juguetes que te traían los reyes magos.

Este deporte mexicano que popularizado a nivel internacional cuenta con unos juguetes muy peculiares, eran figuras de acción hechas de plástico rígido que evitaban el movimiento de las articulaciones del muñeco y que por ser realizados en masa y con molde, contaban con rebabas del plástico.

Su accesibilidad por su económico costo hizo que fueran muy vendidos en plazas comerciales, juegos de feria y mercados sobre ruedas, no podías ir a un tianguis en México sin encontrarte con un luchador de éstos.

Los podías encontrar con diversas máscaras y colores, alusivos a los legendarios atletas que han inmortalizado la lucha libre mexicana como:

  • El Santo
  • Blue Demon
  • Mil Máscaras
  • Dos Caras
  • El Rayo de Jalisco
  • Octagón
  • Mascara Sagrada
  • El Supermuñeco
  • La Parca

E incluso luchadores que no utilizaban mascara como El Perro Aguayo o Conan, entre muchos tantos más.

La leyenda de la pose de las figuras

Los muñecos de acción cuentan con una pose específica que tiene una mano abajo y otra levantada con las palmas hacia enfrente, listos para realizar una llave y defender su lucha.

Algunos han relacionado una fotografía del legendario Santo y Blue Demon realizada en 1953, misma que dicen que fue tomada como referencia para hacer los moldes de los luchadores con la icónica pose.

El balero

En efecto, no hablamos de los baleros del automóvil, sino del de madera, este juguete que se popularizó en México consta de una parte hecha de madera con un hueco en su interior y un cordel que sale de su parte superior para amarrar un palito de madera.

La idea del juego es que el palo de madera embone con el hueco de la parte amarrada con movimientos de la mano que impulsen una parte sobre la otra.

Si llega a embonar, con una mano se sostiene el soporte y con la otra el cordel y se le da vueltas en el aire sobre la misma base.

Es un juguete bastante sólido y un tanto peligroso para los niños más pequeños, por lo que se recomienda que sea utilizado con supervisión de un adulto.

Este objeto comúnmente es pintado a mano con una diversidad de colores, aunque también se pueden encontrar con figuras marcadas con calor o calcomanías y figuras muy tradicionales de diversas regiones mexicanas.

En estos tiempos se pueden encontrar diversas actualizaciones o adaptaciones, como una pequeña canastilla en la parte superior del palo de madera y una pelota amarrada para hacer que la pelota se coloque dentro de la canasta con el sólo movimiento de la mano.

Se considera de origen prehispánico y hay un juguete similar francés denominado bilboquet, en otros países también es conocido como boliche o capirucho.

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