La Pascua se celebra el próximo domingo 9 de abril y marca el final de la Semana Santa y del Triduo Pascual, en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesucristo, al tercer día después de haber sido crucificado, de acuerdo con los evangelios canónicos.
También llamada Pascua de Resurrección o Domingo de Pascua, esta celebración se conmemora en distintos lugares del mundo con procesiones religiosas, así como celebraciones litúrgicas.
La Pascua en México
En México se realiza una misa dominical donde se recuerdan las enseñanzas de Jesucristo, así como su padecimiento y muerte.
En esta fecha, se enciende el cirio Pascual, que representa simbólicamente a Cristo Resucitado y que permanece prendido hasta el día de Pentecostés, en el que la Iglesia Católica celebra la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María.
Del mismo modo, también se realizan procesiones en los que se representa a los doce apóstoles, a María y a Jesús. En las representaciones, que son una especie de obras de teatro dedicadas a simbolizar los más importantes acontecimientos, participan pobladores, creyentes y voluntarios.
La celebración de Pascua en el mundo
Las costumbres del Domingo de Resurrección varían en todo el mundo cristiano, pero la decoración de los huevos de Pascua es algo común en muchos países del mundo occidental.
La celebración de la Pascua de Resurrección se presenta de diferentes formas entre los cristianos occidentales. La práctica litúrgica tradicional, tal como se practica entre los católicos y algunos luteranos y anglicanos, se inicia en la noche del Sábado Santo, con la Vigilia Pascual.
La liturgia más importante del año comienza con la bendición del fuego pascual, en la oscuridad total, la iluminación del cirio pascual (símbolo de Cristo resucitado) y el canto del Exultet (o pregón pascual), atribuido a San Ambrosio de Milán.
Después se leen numerosas lecturas del Antiguo Testamento: pasajes como las historias de la creación, el sacrificio de Isaac, el cruce del Mar Rojo y la anunciada venida del Mesías. Esta parte del servicio religioso culmina con el canto del Gloria y del Aleluya, y con la proclamación de la Resurrección, según el Evangelio.