Durante la homilía en Ecatepec, el Papa Francisco enfatizó en no caer en tres de las tentaciones a las que se enfrenta el cristiano: la riqueza, la vanidad y el orgullo.
En la génesis del periodo de Cuaresma, el jefe del estado Vaticano mencionó que se debe recuperar la alegría y esperanza, además de abrir los ojos frente a las injusticias pues dijo: "somos ciegos frente a los problemas por la falta de reconocimiento de la dignidad propia y ajena".
De esta manera, invitó a reflexionar sobre la acumulación de la riqueza, ganar prestigio con base en la descalificación constante de los que no son como uno, y estar en un plano de superioridad.
Por lo anterior, el líder máximo de la Iglesia católica reflexionó en torno a reconocer si somos conscientes de tener dichas tentaciones en nuestra vida.
Finalmente, el pontífice señaló que la Cuaresma es el "tiempo para ajustar los sentidos, abrir los ojos frente a tantas injusticias que atentan directamente contra el sueño y el proyecto de Dios. Tiempo para desenmascarar esas tres grandes formas de tentaciones", ponderó.
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