Gobierno de Trump elimina límites a químicos eternos en el agua potable

El gobierno de Donald Trump anunció este miércoles 14 de mayo la eliminación parcial de los límites federales a ciertas sustancias químicas tóxicas conocidas como PFAS o “químicos eternos”, presentes en el agua potable de millones de personas en Estados Unidos.
Gobierno de Trump elimina límites a químicos eternos en el agua potable
La decisión, tomada por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), modifica regulaciones impuestas en 2024 durante la administración de Joe Biden.
Los PFAS son compuestos desarrollados desde los años 30, conocidos por su resistencia al agua, al aceite y al calor. Están en productos como sartenes de teflón, cosméticos y ropa. Su apodo de “químicos eternos” viene de su capacidad de permanecer cientos o miles de años en el ambiente. Estudios han revelado que afectan a casi 158 millones de personas sólo en Estados Unidos.
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Gobierno de Trump reduce regulación a PFAS en agua potable
El cambio anunciado por la EPA implica que sólo dos tipos de PFAS —el PFOA y el PFOS— seguirán regulados a nivel federal. Otras cuatro sustancias de nueva generación quedarán fuera del límite obligatorio. Además, el plazo para que se cumplan estas reglas se amplió hasta 2031, y se eliminó el “índice de peligrosidad”, una herramienta para evaluar el daño combinado de estos químicos.
La decisión fue celebrada por empresas de agua, pero criticada por grupos ambientalistas como el Environmental Working Group, que lo califican como “un paso atrás” en salud pública. La EPA ha documentado que estas sustancias pueden afectar el hígado, riñones, sistema inmunológico, el desarrollo fetal y causar cáncer. A pesar de eso, los fabricantes como DuPont y 3M evitaron regulaciones por décadas, a sabiendas de los riesgos.
¿Cómo afecta esto a la sociedad?
Los expertos alertan que quitar estos límites deja a millones de personas expuestas a químicos peligrosos sin protección efectiva. Los PFAS de nueva generación, que no serán regulados, se usan hoy en día en ropa, utensilios de cocina y cosméticos. Además, son más difíciles de filtrar en plantas de tratamiento de agua. La medida podría tener consecuencias a largo plazo en la salud pública, aumentando los casos de enfermedades crónicas.
También plantea un reto para gobiernos estatales, que ahora deben decidir si establecer sus propios estándares más estrictos. Algunos analistas advierten que esta acción podría ser impugnada en los tribunales por su impacto en comunidades vulnerables.




