Trump revive estrategia de Kissinger: pone a Marco Rubio en dos puestos clave

| 11:53 | Benell Cortés | AFP
Trump revive estrategia de Kissinger: pone a Marco Rubio en dos puestos clave
Marco Rubio Foto: REUTERS

Donald Trump nombró este jueves 1 de mayo a Marco Rubio, actual secretario de Estado, como asesor interino de Seguridad Nacional. Se trata de una jugada poco común en la política estadounidense, pues desde Henry Kissinger nadie había ocupado ambos cargos a la vez.

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Este movimiento ocurre a sólo 101 días del nuevo mandato de Trump. El anterior asesor, Mike Waltz, fue destituido tras la filtración de un chat interno con planes militares sobre Yemen, y será propuesto como embajador ante la ONU.

Rubio toma control de la diplomacia y la seguridad

La designación de Rubio, de 53 años y nacido en Miami, lo convierte en una de las figuras más influyentes en el gabinete. Hijo de inmigrantes cubanos, ha destacado por su postura firme ante temas como migración y seguridad internacional.

Aunque Trump ha delegado temas clave a aliados sin experiencia como Steve Witkoff, Rubio ha ganado terreno con posturas duras, alineadas con la base trumpista, como su defensa de las deportaciones masivas y acuerdos carcelarios con gobiernos aliados.

De “Pequeño Marco” a halcón del trumpismo

En 2016, Trump se burlaba de Rubio, apodándolo “Pequeño Marco”. Ahora, sus seguidores lo respaldan como un halcón diplomático, pese a las críticas iniciales.

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Durante su gestión, Rubio firmó un acuerdo con El Salvador para enviar migrantes a una mega prisión, y ha respaldado la expulsión de estudiantes extranjeros que protestan contra la guerra en Gaza. “Cada vez que encuentro a uno de estos lunáticos, les quito la visa”, declaró.

Rubio, el moderado que no confronta a Trump

Aunque muchos lo ven como el más “normal” del gabinete, Rubio evita chocar públicamente con Trump. En privado, ha expresado diferencias, como su desacuerdo con los recortes de Elon Musk, pero ha preferido mantener un bajo perfil.

Pese a haber defendido la ayuda exterior como congresista, permitió sin resistencia el desmantelamiento de Usaid y mostró pasividad en reuniones polémicas, como la del 28 de febrero con Zelenski.