Suman 43 muertos por inundaciones en Texas

Este sábado, los servicios de rescate de Texas buscan a 27 niñas desaparecidas a causa de las fuertes inundaciones que devastaron la entidad del sur de Estados Unidos y dejó al menos 43 muertos.
“Hemos recuperado a 43 personas fallecidas en el condado de Kerr. Entre ellas, hay 28 adultos y 15 niños”, declaró el sheriff, Larry Leitha, quien calculó el número de evacuados en 850, incluidos ocho heridos.
¿Qué se sabe de las niñas del campamento en Texas?
De las aproximadamente 750 niñas que asistían a un campamento de verano cristiano a orillas del río Guadalupe, 27 están desaparecidas, dijo por su lado Dalton Rice, dirigente municipal de la ciudad de Kerrville.
- Las crecidas derivaron de lluvias torrenciales que se desataron en la tarde del viernes en el centro del estado y que se reanudaron durante la noche y en la madrugada del sábado, aunque con menor intensidad.
El desorden reinaba dentro de las cabañas que albergaban a las niñas; el suelo estaba cubierto de barro y las ventanas rotas. Varios equipos de rescate rastrean la zona en busca de las niñas desaparecidas.
Un padre busca a su hija
Una tenue garúa cae en Camp Mystic, una zona de campamentos devastada el viernes por la súbita crecida del río Guadalupe, en el centro-sur de Texas. Tras sortear escombros, Michael llega hasta una cabaña invadida por el lodazal: “Mi hija estaba aquí”.
La caseta de paredes de piedra luce intacta por fuera, pero tiene los vidrios reventados aparentemente por la fuerza con la que el agua entró tras las intensas lluvias y la crecida del río, que en algunos sectores de esta región de Estados Unidos llegó a cubrir árboles.
Casi más cerca del afluente, una construcción de madera mucho más grande, donde funcionaba el comedor, tiene arrancada de cuajo una de sus paredes. En el suelo están regados los platos descartables, botellas de jarabe para wafles y frascos de salsa Cholula, comunes en las mesas de los texanos.
- Michael lleva botas altas, un balde y tenazas para cortar metal. Se seca las lágrimas con el cuello de su camiseta e ingresa al local donde su niña estuvo durmiendo cuando ocurrió la tragedia.
Reconoce una toalla con su nombre. También levanta un juguete de peluche, un brazalete, una foto familiar y un bolso de la amiga que dormía junto a su hija y que, dice, ya fue declarada fallecida.
A lo largo del río todo es devastación. Los árboles están derrumbados y decenas de automóviles aparecen volteados o destruidos por la fiereza del agua. En medio de los escombros, equipos de rescate a pie, en camionetas o en helicópteros y drones peinan la zona en busca de sobrevivientes o víctimas.