Son empleados de restaurantes y taquerías que buscan con desesperación a clientes.
Llaman a la gente detrás de las vallas metálicas que las autoridades instalaron para restringir la movilidad en el Centro Histórico por la pandemia.
“Hay pastor, suadero, longaniza, carnita, pase. Amigo, ¿buscaba la taquería Arandas? , pásele, tres taquitos en 30, pásele”.
Solamente pueden ofrecer comida para llevar, por ello son pocos los negocios que siguen abiertos.
“Los pocos que venimos a trabajar seguimos luchándole a venir a trabajar porque tenemos que llevar un sustento para nuestras familias”.
Gerardo López | Empleado de taquería
Consideran que los apoyos ofrecidos por el Gobierno de la Ciudad de México son insuficientes.
“Si, antes de la pandemia teníamos algunos ahorritos, ahí nos la llevábamos y no teníamos gastos, pero ahorita con esto ya no tenemos dinero y aparte tenemos deudas”
Gerardo López | Empleado de taquería
Para otros giros el panorama es similar.
En los aparadores de una boutique quedaron cientos de vestidos tras el cierre obligatorio del comercio por la pandemia; tan solo aquí se genera el ingreso para 30 familias.
Los trabajadores cuentan que no han recibido su salario desde el 19 de diciembre debido a que los dueños no han tenido ventas.
“Ya no vamos a poder subsistir, no sé que vamos a hacer si el día lunes no se abre”.
Margarita Rodríguez | Empleada de boutique
En algunos locales de la zona se han colgado carteles que indican que están listos para trabajar con las medidas sanitarias que les pidan.
“Siempre nos hemos comprometido, guardamos la sana distancia. Si los clientes entran se les pide que usen gel, que usen cubrebocas. Es más, si un cliente entra es esporádico, se va y entra otro. No tenemos mucho tránsito de gente”.
Margarita Rodríguez | Empleada de boutique
Mientras cientos de comercios siguen con las cortinas abajo, algunos buscan alternativas para subsistir ofreciendo sus productos a domicilio o por cita telefónica.
