Bosque de Tlalpan: el ecosistema que nació de la lava del volcán Xitle
El Bosque de Tlalpan, ubicado al sur de la Ciudad de México, es una Área Natural Protegida que se formó sobre los restos de lava del volcán Xitle.
“Hace más de 2 mil años, se estima, el volcán el Xitle tuvo un derrame de lava y esta vegetación se desarrolló en ella”.
César Sánchez, director del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental.
Este evento volcánico generó un terreno poroso que hoy permite la recarga de mantos freáticos, fundamentales para el abastecimiento de agua en la capital del país.
Zona ecológica formada por lava del volcán Xitle
Esta zona volcánica forma parte de las 253 hectáreas del Bosque de Tlalpan, que se suman a las 727 del Parque Ecológico de la Ciudad de México.
El suelo del bosque es altamente poroso, lo que permite una filtración eficiente del agua.
“Son suelos porosos que permiten y coadyuvan a la filtración y ésta es una razón muy importante porque recordemos que la demanda de agua que tiene la Ciudad de México se obtiene justamente el mayor porcentaje de los pozos de filtración”.
Víctor Martínez, director de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental
Este proceso es clave para mantener los pozos de abastecimiento de la Ciudad de México. Además, estos terrenos permiten el desarrollo de una rica biodiversidad adaptada a las condiciones del suelo volcánico.
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Especies endémicas en riesgo
Entre las especies destacadas se encuentra la mariposa Papilia multicapata, así como la tarántula del pedregal, ambas endémicas de esta zona.
“Tenemos una tarántula de Pedregal, esta especie es endémica de los pedregales de la zona sur y sólo la van a poder ver en esta zona”.
Cinthia Carapia, técnico del Parque Ecológico de la CDMX
También se reportan plantas como el falso maguey y las biznagas de flores rosadas, en condición de riesgo. A ello se suman especies como la víbora de cascabel pigmea y el camaleón de montaña, registradas como amenazadas.
Preservación del Bosque de Tlalpan
Durante la temporada de estiaje, los incendios representan un riesgo constante. Debido a los huecos entre las rocas volcánicas, el fuego puede avanzar de forma subterránea.
Para prevenir su propagación, brigadas de protección ambiental crean brechas cortafuego y utilizan herramientas adaptadas al terreno rocoso.
Por su cercanía con la zona urbana, el bosque recibe visitas frecuentes de corredores, familias y personas que realizan actividades recreativas. Las autoridades piden a la ciudadanía evitar el encendido de fogatas o el uso de fuego, pues esto puede provocar incendios de gran magnitud.
Los especialistas recuerdan que en este ecosistema cada especie cumple una función ecológica, desde la dispersión de semillas hasta el control de plagas, por lo que extraer fauna o flora está prohibido.




