“Es interesante que se recupere el nombre de Tenochtitlan en pleno siglo XXI”, dice investigador

Este año se cumplen 500 años de la llamada “noche triste”. Foto: Cuartoscuro

Con el anuncio que hizo la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de cambiarle el nombre a la avenida Puente de Alvarado para ser llamada avenida México-Tenochtitlan y al Árbol de la Noche Triste para dale paso a una calzada llamada “La noche victoriosa”, muchas voces opinaron al respecto.

Martín Ríos, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a Unotv.com que “todo gobierno a lo largo de la historia ha utilizado la nomenclatura de las calles para sustentar una idea de su proyecto político amparado en la historia”.

Pero señala que “recuperar el nombre de Tenochtitlan en pleno siglo XXI, nombre original de la ciudad, queda como un hecho histórico interesante”.

El investigador menciona otros ejemplos donde los gobiernos en turno cambiaron el nombre a las calles, como pasó en la época de la Revolución donde se les cambió el nombre a las calles del siglo XIX, así como el Paseo de la Emperatriz, ahora Paseo de la Reforma, que fue cambiado por Benito Juárez.

No será la primera vez ni la última que se cambien los nombres a las calles

Ríos señala que el gobierno está en su derecho, pero también hay que ver cómo reaccionan las personas ante este cambio, pero todos “al final seguiremos conociendo al Árbol de la Noche Triste con ese nombre hasta que las nuevas generaciones lo reconozcan con el nombre propuesto”.

Y cree que finalmente la memoria colectiva hará un poco difícil que la gente se acostumbre a llamarlo de esa manera.

El investigador de la UNAM dice que con el cambio de estos dos nombres también está vinculada una reelectura del pasado, la cual está enmarcada en la conmemoración de los 500 años de la Conquista de México.

El poder político deforma el pasado para hacerlo incomprensible

Enfatiza a que no hay que “dramatizar” con el cambio de nombre y es mejor “reconciliarnos con el pasado”, pero que no hay que olvidar que el capitán Alvarado fue muy sanguinario y participó en la matanza de la nobleza indígena.

“¿Por qué conservar la memoria de un señor cuya actuación no fue muy positiva?”

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