Juan Luis, sobreviviente de la explosión de pipa en La Concordia, narra su calvario
A las 14:20 horas del 10 de septiembre de 2025, la vida de Juan Luis Cervantes cambió para siempre. Fue víctima de la explosión de una pipa en Iztapalapa, frente a La Concordia, un accidente que dejó decenas de lesionados y escenas de horror.
“Iba cruzando el puente de La Concordia en el carril de la izquierda y nunca vi las nubes de gas. Yo sólo me vi dentro de un panorama completamente naranja, era una temperatura muy alta y no se soportaba tanto, y yo venía con los vidrios arriba”, relató Juan Luis sobre los instantes previos al estruendo que cambiaría su vida.
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Al percibir la emergencia, salió del carro y corrió para salvarse, pero sufrió una caída y la onda expansiva del flamazo lo alcanzó, provocándole severas quemaduras. Juan Luis detalló: “El fuego vuelve a encenderse, vuelve a crecer y es cuando sufro las quemaduras del lado izquierdo; fue de segundo grado profundo del lado derecho, que ya hoy me quitaron. Los apósitos fueron de segundo grado superficial.”
En un estremecedor testimonio, describió cómo su piel se quemaba al rojo vivo: “Yo me acuerdo cómo se fueron abriendo como ligas la piel y, literal, muy semejante a la carne cuando la pones del asador; empecé a ver cómo se contrajo y empezó a salir sangre.”
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A pesar de las lesiones graves, Juan Luis logró mantenerse de pie, gracias a la respuesta fisiológica del cuerpo en situaciones extremas. La especialista en medicina crítica, Elizabeth Mendoza, explicó: “Nosotros llevamos hormonas de estrés, hormonas contrarreguladoras que nos permiten mantener la vida”. Y añadió: “Cuando hay una quemadura tan extensa, estas hormonas permiten mantener la función vital, aunque sólo de forma transitoria.”
El sobreviviente también compartió el impacto psicológico del evento: “Mi pensamiento fue qué forma tan oje… me tocó de morir.”
Actualmente, Juan Luis está estable, aunque los médicos advierten que ahora inicia la etapa más difícil: la recuperación y tratamiento de las secuelas físicas y emocionales.
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