El Tláloc de Reforma tiene una réplica y está en Edomex; ve historia

El monolito de Tláloc, dios de la lluvia que está en Reforma, tiene una réplica en Coatlinchán, Texcoco, Edomex.
Foto: Cuartoscuro

Un monolito de Tláloc, dios de la lluvia para los mexicas, resguarda la entrada del Museo Nacional de Antropología e Historia, que se encuentra sobre la avenida Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México (CDMX), desde hace más de 50 años; sin embargo, muchos no saben que esta imponente escultura fue encontrada y extraída en la comunidad de Coatlinchán, del municipio de Texcoco, Estado de México, en donde hace a penas 15 años se instaló una réplica.

La historia del monolito de Tláloc que está en Reforma,

La historia del monolito de Tláloc que está en Reforma, CDMX, data de antes del año 1889: se reporta que la escultura fue encontrada por un campesino que buscaba leña en una zona conocida como Barranca de Santa Clara; historiadores, al conocer de su hallazgo, no se ponían de acuerdo si en realidad se trataba del dios de la lluvia o de Chalchiuhtlicue, la diosa del agua, lagos, ríos y mares.

Los pobladores de Coatlinchán se apropiaron del impresionante monolito y le atribuyeron diversas condiciones milagrosa, y hasta meteorológicas, pues lo usaban como un referente para prever lluvias, que ayudaran a las cosechas de los campesinos.

Los orificios centrales que tiene el monolito fueron llamados tecomates, que significan jícaras, y se creía que el agua de lluvia que se juntaba en ellos era curativa, por lo que éste fue un importante centro turístico que significó un desarrollo económico para los pobladores.

Con la fuerza del Ejército, se llevaron el monolito de Tláloc de Coatlinchan

En el año de 1963, el Gobierno federal, encabezado por el entonces presidente Adolfo López Mateos, anunció la construcción del Museo Nacional de Antropología e Historia y se informó de la intensión de llevarse el monolito de Tláloc ,de Coatlinchán a la CDMX; aunque en un principio los pobladores llegaron a un acuerdo con las autoridades, más tarde se arrepintieron y se negaron a que se llevaran su Piedra de los Tecomates, como también le llamaban.

Durante las primeras negociaciones, se acordó que donarían el monolito a cambio de obras de infraestructura; sin embargo, los trabajos de traslado se demoraron y, a principio de 1964, los pobladores ya habían cambiado de parecer; ahora no querían donar la escultura porque consideraban que iba a afectar la economía local.

El 23 de febrero de 1964, grandes camiones y grúas llegaron a Coatlinchán para cargar y trasladar el monolito de Tláloc; sin embargo, los pobladores se pusieron “bravos” y comenzaron a destruir las estructuras que se usarían para las maniobras, así como a desinflar los neumáticos de los vehículos, lo que causó tensión.

Aunque en ese momento se pospuso el traslado, unas semanas después se llevó a cabo, con apoyo de elementos del Ejército mexicano, que custodiaron las maniobras para llevar el monolito a su nuevo hogar: el Museo Nacional de Antropología e Historia.

Despertaron al dios de la lluvia

A su llegada, a la Ciudad de México, y ser instalado en una de las puertas principales del Museo, se desató una lluvia que causó inundaciones de consideración en calles de la capital, con lo que se creó el mito de que se había despertado al dios de la lluvia: Tláloc.

Esa creencia hizo sentido al observarse las condiciones en las que el monolito había sido desterrado de Coatlinchán y que se llevaron a la capital del país, donde ahora, en la actualidad, la escultura, de 7 metros de alto y 168 toneladas de peso, forma parte de un atractivo para citadinos y turistas.

El monolito de Tláloc regresa a Coatlinchan pero en réplica

Desde 1964, el poblado de Coatlinchán se quedó con un espacio vacío, muchos habitantes locales echaron de menos su Piedra de los Tecomates; sin embargo, en 2007, cuando era gobernador del Estado de México, el expresidente Enrique Peña Nieto, éste develó una réplica del monolito de Tláloc, con lo que se “salda una deuda histórica con la población”, dijo.

La réplica del monolito de Tláloc se encuentra en la plaza central del poblado, a poca distancia de la carretera México-Texcoco, y es un atractivo para los habitantes y algunos turistas.

La Piedra de los Tecomates de Coatlinchán mide 7 metros de alto y pesa unas 75 toneladas.

Qué opinas