Personas en situación vulnerable disfrutaron de un desayuno caliente, gracias a la labor humanitaria del padre Benito y sus voluntarios quienes hicieron llegar a 500 personas, pierna adobada, papas y espagueti en vísperas de nochebuena.
“Los más vulnerables, como son personas en situación de calle, prostitución, de la tercera edad o de escasos recursos… El saber que van a tener un alimento por lo menos el día de hoy es una alegría inmensa y más en este día de Navidad”.
Padre Benito.
Un ejército de 50 voluntarios llevó la comida hasta las mesas instaladas al interior de la parroquia de la Santa Cruz y Nuestra Señora de la Soledad en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
“Llegamos desde las 6, empezamos a preparar para que todo estuviera caliente y fuera un desayuno digno de ellos”.
Maria Dolores Cholula, cocinera voluntaria.
El amor y el cariño fueron sabores que pudieron degustar al probar cada bocado que el padre Benito y sus colaboradores les ofrecieron.
Maria Teresa Lima, adulto mayor.
“Sobre todo el amor con que nos lo brindan… Eso creo que nos llena más que los condimentos, que las especies del guisado”.
El señor Joel Apolinar, persona en situación de calle, agradeció a quienes prepararon el desayuno: “Excelente; por eso hasta voy a pedir más, a ver si alcanzo, muy bien, todo perfecto”.
Para ellos, la nochebuena llegó antes, convivieron y agradecieron el gesto de quienes les brindaron una cena.
