A lo largo de un inspirador proyecto de cuatro años, Gabriela ha dedicado su talento y habilidad como tatuadora para crear sonrisas; su labor se enfoca en tatuar cejas a mujeres que, a causa del cáncer, han perdido esta parte esencial de su identidad.
“Le regalo la ceja a las mujeres que la perdieron a causa del cáncer, regalo su tratamiento de micro completamente gratis, yo lo veo como por lo que sigue después de haberse recuperado de una enfermedad que roba tantas vidas”.
Gabriela Arciga, diseñadora
[TE PUEDE INTERESAR: ¿Qué actividades habrá en el Festival Internacional del Globo de Hermosillo?]
Para Alejandra, una valiente sobreviviente del cáncer, la pérdida de sus cejas durante la lucha contra esta enfermedad fue un recordatorio constante de su batalla. Sin embargo, al vencerlo, recuperar esta parte se convirtió en una oportunidad para reconstruir su autoestima.
“En la próxima vez que yo tuve oportunidad de consultar con el oncólogo le pregunté que si tenía alguna situación, si yo me podía tatuar las cejas y me dijo que no había ningún problema y que lo podía hacer en cualquier momento“.
Alejandra López venció al cáncer
Las cejas que restaura son más que una pigmentación
Alejandra asegura que el proyecto de Gaby es sinónimo de esperanza y renovación, ya que cada ceja que restaura es más que una pigmentación; dice, es un símbolo de superación para quienes han enfrentado la batalla contra el cáncer.
“Es una satisfacción porque cuando pasa uno por ese proceso a veces se levanta uno y pierde el cabello, todo lo que va pasando uno, triste, pero cuando yo vine y me hizo la aplicación, me sentí muy contenta al verme al espejo“.
Alejandra López venció al cáncer
[TE PUEDE INTERESAR: Isadora Rodríguez González, corredora rarámuri, gana maratón en Tamaulipas]
Cejas por sonrisas, una muestra de empatía
Dicen que cejas por sonrisas es una muestra de que la empatía pueden sanar heridas profundas, pues con su labor no sólo las restaura, sino que también renueva la esperanza en las vidas de las mujeres que lucharon contra el cáncer.
“Estoy esperando el momento en el que les paso el espejo y se miran porque esos ojitos brillan, y creo que justamente es una herramienta de empoderamiento para las mujeres”.
Gabriela Arciga, diseñadora
