En Oaxaca se celebró el Domingo de Ramos en Juchitán, un evento donde, de acuerdo con la tradición, se conmemora con nuestros difuntos.
¿Cómo es la celebración de Domingo de Ramos en Juchitán?
Al igual que se llora, se canta, se recuerda y se convive con los seres queridos ya fallecidos en la celebración del Domingo de Ramos, en Juchitán, Oaxaca.
Esta fecha está marcada en el calendario de los zapotecas de Juchitán para visitar a sus fieles difuntos en el panteón municipal.
Para la comunidad católica, se recuerda la entrada de Jesús de Nazaret a Jerusalén, pero para los zapotecas del Istmo de Tehuantepec, se convierte en un encuentro entre vivos y muertos.
Días y horas previas a esta celebración ancestral, los habitantes acuden al panteón para mantenerlo limpio y prepararlo para la visita.
Las tumbas son adornadas con flores, veladoras y fotografías del difunto. La familia se reúne en torno a la tumba para estar más cerca de sus familiares ya fallecidos.
“Compartir con nuestros muertitos, estar con ellos, ya que cada año los festejamos, nos sentimos muy a gusto estando con ellos porque sentimos su presencia. Sentimos que ellos también nos están bendiciendo al llegar acá”.
María Bertha López Martínez, habitante de Juchitán
Junto a la tumba, los familiares y amigos platican las anécdotas del difunto, mientras degustan de bebidas, dulces y platillos típicos. Algunos cantan al pie de la tumba.
“Llena de emoción, me llena de recuerdos. Es muy bonito estar nuevamente con ellos, los siento cerca al cantarles también”.
Enedino Charis López lena, habitante de Juchitán.
Restricciones por pandemia
Así, los juchitecos mantienen viva su fe, sus tradiciones y sus costumbres. Con la pandemia, sólo se les permite estar hasta las 6:00 de la tarde y no toda la noche, como era costumbre en esta celebración.
“La intención es reactivar la economía, que es lo principal, pero lo otro es seguir cuidando las medidas sanitarias correspondientes. (Domingo de Ramos en Juchitán) es cultura, tradición, es costumbre. La historia de Juchitán en este panteón, Domingo de Ramos, es visitar a los fieles difuntos…” Mariano Rosado López, secretario municipal del Ayuntamiento de Juchitán.
La etnia zapoteca es la única del país que inicia la Semana Santa recordando a sus fieles difuntos, conservando así un singular sincretismo religioso.