Puebla recibe a sus muertos con “Festival de Luz y Vida”

La laguna de Chignahuapan fue el marco del Festival realizado la noche del 31 de octubre. FOTO: Cortesía.

En el municipio de Chignahuapan, ubicado al inicio de la Sierra Norte de Puebla, la pandemia y las restricciones sanitarias no fueron impedimento para que no se dejara de celebrar una de las tradiciones más representativas de los chignahuapenses, se trata del Festival de la Luz y la Vida

El Festival de Luz y Vida es un espectáculo único en el país en el que danzantes de la región escenifican, en una plataforma, con una pirámide colocada en medio de una laguna, el ritual de las nueve pruebas que el alma del guerrero Ome Ecatl Ocelotl debe enfrentar para llegar al Mictlán o lugar del descanso eterno

La laguna de Chignahuapan fue el marco del Festival realizado la noche del 31 de octubre, y continuará las noches del 1 y 2 de noviembre.  

Debido a la pandemia causada por el COVID-19, el Ayuntamiento autorizó el ingreso de solo el 30% del total de los asistentes al recinto, con la intención de prevenir contagios. 

El “Festival de la Luz y la Vida” es la tradición de ofrendar y recibir a los muertos con el objetivo de rescatar las tradiciones, el cual se ofrece como un atractivo turístico y cultural, que año con año atrae a cientos de visitantes nacionales y extranjeros, quienes pueden caminar desde el centro del pueblo mágico hacia la laguna de Chignahuapan

En este evento es posible admirar la representación plástica de un ritual prehispánico, según la cosmogonía náhuatl, representa las nueve pruebas que el alma del guerrero Ome Ecatl Ocelotl debe enfrentar para llegar al Mictlán o lugar de los muertos. Entre las nueve pruebas que deberá enfrentar se encuentra atravesar el río Chignahuapan

Una vez superados estos obstáculos, el alma de Ome habrá de llegar al sitio donde descansará eternamente después de la vida.  

Durante el recorrido de esta alma, el dios Xolotl (el divino perro bemejo) le acompaña para ayudarle a enfrentar los temores propios del ser humano, cuando el alma logra trascender; la representación llega al clímax mediante un espectáculo de luces y pirotecnia que dura cerca de 20 minutos.  

Cerca de 100 danzantes no frenaron sus ensayos, pese a la contingencia, ya que para la representación se requieren seis meses de preparación, en su mayoría son jóvenes de los barrios chignahuapenses.  

Durante los tres días de Festival, el municipio recibe a más de 150 mil visitantes, sin embargo, este año autoridades estiman el arribo de 50 mil personas, debido a la pandemia.  

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