De una mala racha, nació “Cocinando por pancitas llenas”; ahora, 47 niños, en situaciones difíciles, cenan gratis en Hermosillo

COCINANDO POR PANCITAS LLENAS NIÑOS
En “Cocinando por pancitas llenas” comen 47 niños. Foto: Lupita Mendoza

A veces, de malas rachas, las personas crecen y se renuevan. Fue justamente eso lo que les pasó a Lupita y a David, un matrimonio que, tras verse sin trabajo ni tener para comer, ahora brinda cenas a 47 niños en situaciones difíciles con su proyecto “Cocinando por pancitas llenas”, en Hermosillo, Sonora, y en Unotv.com te contamos su historia.

Todos los días, sin falta, la casa de Lupita y David se llena de niños y adolescentes de 1 y hasta 18 años, quienes pueden encontrar, en el hogar de este matrimonio, un respiro al duro día que les toca, pues son niños en situaciones difíciles, para comer en su proyecto “Cocinando por pancitas llenas”.

  • En el inicio, hace ya casi dos años, tenían 35 niños que iban a su “cenador”, pero ahora se han incrementado a 47, y creen que la cifra seguirá creciendo

Así nació la idea de “Cocinando por pancitas llenas”

La idea de tener un “cenador”, como Lupita Mendoza le llama, nació a raíz de la pandemia de COVID-19, en el año 2020, cuando su esposo David se quedó sin empleo tras enfermar de coronavirus, un momento muy difícil que dejó, en la memoria de su familia, la experiencia de pasar todo un día sin probar alimento, no sólo ellos dos, sino también sus dos hijas.

Lupita recuerda que un día después de esta terrible experiencia, todos en su familia pudieron comer y una de sus hijas exclamó “¡Ahora sí, mamá, dormiré con mi pancita llena!”.

“Y no había alimentos y duraron un día entero sin probar alimentos mis dos niñas, en esos momentos… Y el día siguiente nos llegó una bendición y todos comimos, y fue cuando mi hija Jordania Victoria dijo: ‘Ahora sí, mamá, dormiré con mi pancita llena”.

Guadalupe Mendoza, de “Cocinando por pancitas llenas”

Poco después de eso, una nueva experiencia con el hambre los haría recapacitar acerca de los niños que la padecen, ya que, durante un desayuno en el patio de su casa, un niño de 10 años se acercó y le pidió un huevo estrellado a su esposo David, quien es pastor de una iglesia y, al ver la necesidad del pequeño, se levantó y le hizo huevos estrellados al niño.

“Una vez, ya hace casi dos años, estábamos mi esposo y yo desayunando en el patio de nuestra casa y se acerca un niño de 10 años y nos pidió un huevo estrellado, le dijo a mi esposo con voz con vergüenza: ¿Pastor, me regala un huevo estrellado?”.

Guadalupe Mendoza, de “Cocinando por pancitas llenas”

Llegó un niño y luego él trajo a 7; al tercer día, ya eran 13

Sin embargo, al día siguiente, el mismo niño traería a siete niños más, a quienes se les brindó el desayuno y, al tercer día, llegaron 13, aunque tuvieron que esperar hasta las 5:00 de la tarde porque, debido a la situación difícil que la familia pasaba, no había alimento ni para ellos.

“Y mi esposo se sorprendió y, con los ojos llorosos, se levantó y fue a hacer los huevos estrellados y lo invitó a pasar. Le enseñamos a orar por los alimentos; al día siguiente, el mismo niño trajo a siete niños más y les dimos desayuno, y el tercer día, llegaron 13, pero ya mi esposo los invitó a las 5:00 de la tarde, porque de momento no había ni para nosotros”.

Guadalupe Mendoza, de “Cocinando por pancitas llenas”

Desde ese día, los niños no han parado de llegar a su casa y, gracias a contribuciones de la ciudadanía, Lupita y David cocinan para ellos, para que reciban, al menos, una comida bien hecha al día.

Su “cenador”, bautizado como “Cocinando por pancitas llenas”, en recuerdo de lo que habría exclamado una de sus hijas ese día difícil, cubre la enorme tarea de recolectar recursos para los niños, en su mayoría, y algunos adolescentes, que encuentran sustento en las paredes de la vivienda del matrimonio, pues, aunque su esposo al día de hoy tiene trabajo, eso no es suficiente para alimentar a casi 50 niños; además, algunos de los más necesitados también van a desayunar.

¿Cómo donar?

Si quieres darles una mano para despensa, en “Cocinando por pancitas llenas” se ocupa de todo:

  • Verdura
  • Fruta
  • Pastas
  • Cereales
  • Huevos
  • Pan
  • Avena
  • Aceite
  • Carnes
  • Leche
  • Agua
  • Tortillas
  • Todo tipo de enlatados
  • Dulces para los pequeños

En caso de querer hacer una donación, te puedes poner de acuerdo con Lupita Mendoza, directo en su página de Facebook “Cocinando por pancitas llenas Lupita y David”, pues ella dice que también “le hace de influencer” para que le den estrellas, con lo que puede monetizar, pues se requieren muchas cosas como el gas con que se cocina; además, ha empezado a soñar con poner más “cenadores” porque la necesidad de los niños es demasiada.

Pero si quieres donarles y estás lejos, las cuentas habilitadas a nombre de Blanca Guadalupe Mendoza Burgos son:

  • Bancopel/ 4169160859898877
  • Banco Azteca/ 5512382406842312

Además, algunas personas les han donado cosas útiles como mesas y trastes para cocinar; siempre son bienvenidos, y se ocupan mucho, cazuelas, vasos, platos y cubiertos de plástico porque duran más y hay niños chiquitos, así como detergente y estropajos para lavarlos, además de servilletas y papel de baño.

El gran trabajo que hacen en “Cocinando por pancitas llenas”, de momento para estos 57 niños, es enorme, pues tanto Lupita como David se encargan de cocinar, pero dicen que si la gente puede donarles ropa, zapatos y suéteres en buen estado para los niños, sería genial, puesto que el invierno se acerca y muchos de los pequeños carecen de artículos básicos.

Otro de los grandes sueños es mejorar el patio donde comen estos niños: ponerle piso y paredes más calentitas, así que también están recibiendo materiales para construcción y, si se puede, gente capacitada y mano de obra que done sus conocimientos y trabajo.

Así, de un mal momento, nació un gran proyecto que ahora ocupa una buena parte de las vidas de Lupita y David, pero que, seguramente, resultará inolvidable para los niños que comen en el patio de su casa.

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