El fuego sagrado, junto a plegarias, buenas vibras y el llamado a los dioses, fueron parte de la ceremonia encabezada por un sacerdote maya en Yucatán para despedir el 2021 y recibir al 2022 con esperanza y fe.
Las velas y el sonido del caracol hicieron el llamado a los bacabes, los guardianes de los puntos cardinales.
“Voy a dar gracias porque estamos vivos, a pesar de estos dos años que pasamos difíciles, duros, estamos sobreviviendo, estamos todavía dando un poco de guerra. Con el Fuego Sagrado voy a dar las gracias”.
Tiburcio Can, sacerdote maya.
En este ritual, el significado de fuego es darle gracias al creador y quemar todo lo malo que hemos vivido este año para que venga esa luz, la nueva energía y espiritualidad para cada ser de este planeta, abunda el sacerdote.
Esta es una ceremonia que se realiza dos veces al año, el 26 de julio, cuando inicia para los mayas un nuevo año, y este 31 de diciembre, que marca el fin del calendario gregoriano.
El sacerdote enciende el fuego con el que se consume lo malo que ha dejado el año y se enciende la luz para el año que comienza.
“Este ritual de fuego es para quemar todo lo malo; pero no nada más es que lo queme, sino el proceso que hace de transmutar, para las siguientes semillas, esas cenizas te sirven de fertilizante, para lo que quieres: nuevos proyectos, nuevos amores”.
Fernanda Martínez, participante del ritual.
Para Filiberto Ku, la ceremonia es parte de los usos y costumbres que les heredaron sus ancestros, los mayas: “venir a depositar todo lo malo que nos ha dejado este año 2021, como todo lo que trajo la pandemia”.
La ceremonia, por tradición, se realiza cada fin de un ciclo, especialmente cuando termina un Baktún, que es el calendario largo de los mayas y que se cierra cada 52 años.