¿Es bueno bañarse con agua fría? Descubre todos sus beneficios

| 14:15 | Aldo Flores - Maggie Hegyi | Uno TV

En los últimos años, bañarse con agua fría se ha vuelto una tendencia popular en redes sociales y entre atletas de alto rendimiento. Y aunque sumergirse en una tina con hielo puede no ser para todos, una ducha fría diaria podría aportar múltiples beneficios a tu salud física y mental. Eso sí, no es una práctica que se recomiende a ciegas: tu estado de salud, el clima y tus preferencias personales también cuentan.

En Trucos para ti, Maggie Hegyi te explica qué le pasa a tu cuerpo cuando cambias el agua caliente por la fría y por qué podrías considerar hacerlo más seguido (al menos, de vez en cuando).

Beneficios de bañarse con agua fría

Mejora la circulación sanguínea

Cuando el agua fría entra en contacto con la piel, el cuerpo reacciona de inmediato para proteger los órganos vitales. Esto provoca una especie de “choque controlado” que acelera la circulación de la sangre, especialmente en zonas profundas del cuerpo. A largo plazo, este estímulo podría contribuir a una mejor oxigenación de los tejidos y a una piel más firme.

Te despierta y mejora tu enfoque

Si te cuesta arrancar en las mañanas, una ducha fría es como una taza de café pero en versión líquida. El contacto con el agua helada estimula el sistema nervioso simpático, aumentando el ritmo cardíaco, la respiración y el estado de alerta. Además, puede ayudar a despejar la mente, lo que es ideal si tienes una jornada intensa por delante.

Reduce la inflamación muscular

Después de una rutina intensa de ejercicio, muchas personas recurren al frío para calmar músculos adoloridos. No necesitas una tina con hielo: una ducha fría durante un par de minutos puede reducir la inflamación y favorecer la recuperación. Por eso los baños fríos son tan comunes entre deportistas de alto nivel.

Mejora tu estado de ánimo

El agua fría puede parecer una tortura al principio, pero en realidad tiene un efecto químico positivo. Al exponerte al frío, el cuerpo libera endorfinas, también conocidas como las “hormonas de la felicidad”. Esto puede ayudarte a sentirte más animado, e incluso a combatir síntomas leves de ansiedad o depresión.

Podría fortalecer tu sistema inmune

Algunas investigaciones sugieren que las duchas frías frecuentes podrían aumentar la producción de glóbulos blancos, responsables de proteger al cuerpo contra virus y bacterias. Aunque no reemplazan una buena alimentación ni el descanso, las duchas frías podrían sumar puntos a tu sistema de defensa.

Precauciones importantes

Bañarse con agua fría no es para todos. Si tienes afecciones cardíacas, problemas respiratorios o tensión arterial muy baja, consulta con tu médico antes de intentarlo, el cambio brusco de temperatura puede ser un riesgo para algunas personas. También debes tener cuidado si vives en climas muy fríos o si estás enfermo.

¿Y si prefieres relajarte?

El agua fría tiene muchos beneficios, pero si tu objetivo es calmar la mente, soltar tensiones o prepararte para dormir, probablemente el agua tibia o caliente sea una mejor opción; el calor ayuda a relajar los músculos, bajar el ritmo del cuerpo y liberar el estrés acumulado.

[También te puede interesar: ¿Cuántas veces debes lavarte la cara al día? Hacerlo de más podría ser peligroso]

Sí, bañarse con agua fría puede ser muy bueno, siempre que se haga con precaución y considerando tu salud. Es ideal si buscas más energía, mejorar tu circulación, acelerar la recuperación muscular o fortalecer tus defensas. Pero no sustituye por completo el placer y los beneficios que ofrece un baño caliente.

Si no te atreves a una ducha completamente fría, prueba con una técnica llamada “ducha de contraste”: empieza con agua tibia y termina los últimos 30 segundos con agua fría. Así aprovechas lo mejor de ambos mundos, sin sufrir tanto.