Aprende a preparar un delicioso atole de pan de muerto fácil y económico
El Día de Muertos no solo es una de las tradiciones más emblemáticas de México, también es una oportunidad para disfrutar de sabores únicos que evocan nostalgia y calidez. Entre ellos, destacan el pan de muerto y el atole, dos clásicos que, juntos, se convierten en una bebida perfecta para acompañar las ofrendas y los días fríos.
En los últimos años, muchas personas han buscado innovar en la cocina mexicana tradicional con recetas que mezclan lo mejor de ambos mundos.
Atole de pan de muerto, innovación para el paladar
De esa tendencia nació el atole con sabor a pan de muerto, una bebida cremosa, dulce y aromática que captura la esencia de la temporada, el anís, la naranja y el toque de azahar tan característicos del pan de muerto.
Si quieres sorprender a tu familia o simplemente consentirte con un sabor de temporada, aquí te explicamos cómo hacer atole con sabor a pan de muerto fácil y rápido, sin necesidad de usar ingredientes complicados.
Ingredientes para preparar atole con sabor a pan de muerto
Porciones: 4
Tiempo total: 20 minutos
Ingredientes:
- 1 litro de leche (entera, deslactosada o vegetal)
- 1/2 taza de masa de maíz disuelta en 1 taza de agua (o 3 cucharadas de fécula de maíz)
- 1/2 pan de muerto (puede ser del día anterior)
- 1/2 taza de azúcar (ajusta al gusto)
- 1 raja de canela
- 1 cucharadita de esencia de azahar o ralladura de naranja
- 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
- Canela molida o trocitos de pan de muerto para decorar
Paso a paso: cómo preparar atole de pan de muerto
Calienta la leche en una olla mediana a fuego medio junto con la raja de canela.
Trocea el pan de muerto y agrégalo a la leche caliente. Deja que se ablande por unos minutos.
Licúa la mezcla de leche y pan con el azúcar, la esencia de azahar y la vainilla hasta obtener una textura homogénea.
Regresa la mezcla licuada a la olla y añade la masa disuelta o fécula de maíz, removiendo constantemente para evitar grumos.
Cocina de 10 a 12 minutos, sin dejar de mover, hasta que el atole espese y adquiera una consistencia cremosa.
Sirve caliente y decora con un poco de canela molida o trocitos de pan de muerto por encima.
Un homenaje a la tradición mexicana
El atole tiene raíces prehispánicas y ha sido parte de las ofrendas y celebraciones mexicanas durante siglos. Se elaboraba originalmente con maíz, agua y endulzantes naturales como miel o piloncillo.
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Con la llegada de los españoles, se incorporaron ingredientes como la leche, la vainilla y la canela.
Por su parte, el pan de muerto simboliza el ciclo de la vida y la muerte, y su forma, con huesitos y una esfera central, representa el cuerpo y el alma de los difuntos que regresan cada año a visitar a sus seres queridos.
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Combinar ambos sabores en un mismo vaso es rendir tributo a nuestras raíces, pero también una manera deliciosa de mantener viva la tradición.
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