Chalupas: historia, origen y receta del antojito más poblano

Las chalupas son uno de los antojitos más queridos de la gastronomía mexicana, constan de una base sencilla, tortilla, salsa y carne deshebrada, un platillo que ha logrado trascender generaciones y fronteras regionales.
Aunque su presencia se extiende por varios estados del país, Puebla es reconocida como la cuna moderna de esta delicia, que guarda tras su sencillez una rica historia de tradición y sabor.
En Uno TV tenemos para ti esta nueva sección llamada “La Receta de la Semana” en la que te contaremos sobre algunos platillos icónicos y sobre cómo prepararlos.
¿Por qué se llaman chalupas?
De acuerdo con el Diccionario “Vocabulario esencial mexicano”, el nombre “chalupa” originalmente se utilizaba para describir a las pequeñas canoas que navegaban por los canales de Tenochtitlán. Esta forma cóncava es precisamente la que dio origen al nombre del platillo, pues las tortillas fritas ligeramente curvadas recuerdan a esos antiguos barcos.
De igual manera se dice que viene del vasco “txalupa”, que según el Diccionario Abierto de Euskera, se usa para referirse a embarcaciones pequeñas, y que se popularizó en México hacia 1930.
¿Dónde y cómo nacieron las chalupas?
La historia moderna de las chalupas se sitúa en la ciudad de Puebla, especialmente en el Paseo de San Francisco. De acuerdo con registros del Instituto de Español de Puebla, el platillo se remonta al siglo XIX, cuando dos mujeres marcaron el inicio de su popularidad: Severina Méndez, conocida como “La Abuelita“, y Francisca Hernández, fundadora del puesto “La Chiquita” en 1896.
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Ambas comenzaron a vender chalupas en cazuelas de barro colocadas sobre anafres, utilizando manteca para freír tortillas pequeñas que luego bañaban en salsa y cubrían con carne deshebrada; de manera artesanal, nació uno de los antojitos más emblemáticos del estado.
Más allá de Puebla: ¿cómo varía este platillo?
Aunque Puebla es el lugar donde se consolidó su receta más conocida, las chalupas también tienen versiones regionales:
- En Hidalgo, suelen llevar puré de papa, pollo, lechuga y rábanos.
- En Guerrero, especialmente en Chilapa, la chalupita se sirve en una pequeña cazuelita de masa con cerdo, chipotle y cebolla.
- En la CDMX, Estado de México o Guanajuato, se han adaptado con ingredientes como crema, queso rallado, o incluso chorizo.
Estas variaciones responden a los ingredientes locales y a las tradiciones culinarias propias de cada región, pero todas conservan el espíritu festivo y callejero del antojito original.
Chalupas poblanas: receta tradicional
Si quieres disfrutar este clásico poblano en casa, te compartimos la receta tradicional, avalada por el Instituto de Español de Puebla:
Ingredientes
- 12 tortillas de maíz pequeñas (puedes hacerlas con 500 g de masa)
- 500 g de carne de cerdo o pollo, cocida y deshebrada
- 200 g de manteca de cerdo o aceite vegetal
- 250 g de jitomate rojo
- 250 g de tomate verde
- 4 dientes de ajo
- 1/2 cebolla blanca
- 2 chiles morita
- 2 chiles serranos
- Sal y pimienta al gusto
- Opcional: cebolla picada, queso fresco desmoronado y crema
Preparación
Preparar las salsas
Hierve el jitomate y el tomate verde por separado. Luego licúa cada uno con su tipo de chile, ajo y cebolla correspondiente (morita para la salsa roja, serrano para la verde). Sazona al gusto.
Freír las tortillas
Aplana las bolitas de masa para formar tortillas pequeñas, fríelas en manteca o aceite caliente solo hasta que estén doradas pero aún flexibles, deberán tomar una forma cóncava.
Montar las chalupas
- Unta salsa caliente sobre cada tortilla frita, agrega la carne deshebrada y decora con cebolla picada. Puedes añadir queso fresco o crema si lo deseas.
- Se sirven calientes, acompañadas de rábanos o una bebida fresca tradicional.
Un platillo que preserva identidad
Más que un antojito, las chalupas representan una parte del alma gastronómica de Puebla, son testimonio del ingenio de las cocineras populares, de la herencia mestiza que mezcla técnicas prehispánicas con ingredientes coloniales, y de una cocina que se ha mantenido viva gracias a la tradición familiar y comunitaria.
Ya sea en ferias, fondas o en casa, este platillo sigue conquistando paladares con su sabor sencillo y entrañable, Porque en cada chalupa va un pedacito de historia mexicana.
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