Enchiladas potosinas: el platillo que nació por error y se convirtió en un ícono de San Luis Potosí

Rojas, picositas y llenas de sabor, las enchiladas potosinas no solo son un antojito irresistible: son parte del orgullo culinario de San Luis Potosí. Aunque su apariencia podría recordar a una quesadilla, su historia, preparación y sabor las convierten en una joya única dentro de la gastronomía mexicana.
En una nueva edición de “La Receta de la Semana”, tenemos para ti la historia este platillo famoso en todo México.
El origen de las enchiladas potosinas: cuando un error se convierte en tradición
De acuerdo con el cronista Amado Juan Sánchez Cabrera, a principios del siglo XX, en la localidad de Soledad de Graciano Sánchez, una mujer llamada Cristina Jalomo llevó su masa de maíz al molino, sin saber que ahí acababan de procesar chiles secos para mole. El resultado fue una masa teñida de rojo con un aroma intenso.
El cronista documenta que en vez de desecharla, doña Cristina decidió aprovecharla para preparar tortillas rellenas de queso y cebolla. Las dobló en forma de media luna, las cocinó ligeramente en comal y comenzó a venderlas entre sus vecinos. El éxito fue inmediato. En 1923 ya se ofrecían en la plaza principal, y en 1960 su hija Victoria formalizó el nombre de “enchiladas potosinas”.
“Es el periódico Estandarte donde se tiene el primer dato documentado de la creación de la enchilada, aunque se cree que se origen es aun mas antiguo, pues hay quien dice que se originaron en 1856, junto con la construcción de la Parroquia de la Soledad, sin embargo fue hasta 1919, cuando se popularizo el platillo”,
declaró Sánchez Cabrero.
¿Qué llevan las enchiladas potosinas?
El secreto de este platillo está en la masa: se mezcla con chile guajillo, cascabel o ancho previamente remojado y molido, lo que le da ese color rojizo tan característico. A diferencia de otras enchiladas, estas se forman antes de cocerse, y su relleno es sencillo pero sabroso: queso fresco desmoronado y cebolla picada.
Una vez armadas, se cocinan ligeramente en comal o se fríen brevemente para lograr una textura doradita por fuera y suave por dentro. Se sirven con lechuga, crema, más queso, salsa y, si se desea, rodajas de aguacate.
Receta tradicional (para 12 piezas)
Para la masa:
- 2 tazas de masa de maíz nixtamalizada
- 2–3 chiles guajillo secos (o cascabel), desvenados y remojados
- 1 chile ancho (opcional, para más color)
- ½ cucharadita de sal
- Un poco de manteca o aceite (opcional)
- Relleno y acompañamiento:
- 250 g de queso fresco desmoronado
- ½ cebolla blanca picada
- Lechuga picada, crema, queso extra y salsa al gusto
Preparación:
- Hidrata los chiles en agua caliente por 20 minutos y licúalos con un poco de esa agua y sal.
- Mezcla esa pasta con la masa hasta obtener un color uniforme.
- Forma bolitas, aplánalas como tortillas gruesas y rellena con queso y cebolla.
- Dobla y sella los bordes.
- Cocina en comal o fríe ligeramente.
- Sirve acompañadas con lechuga, crema y salsa.
Más que un platillo, un símbolo cultural
Las enchiladas potosinas no solo han conquistado los paladares locales, sino que se han convertido en uno de los platillos más representativos de San Luis Potosí. Incluso tienen su propia celebración en la Feria Nacional de la Enchilada, que cada año reúne a cocineras tradicionales y amantes de este manjar.
Ya sea como desayuno, comida o antojito callejero, las enchiladas potosinas son una prueba de que la creatividad en la cocina puede convertir un accidente en una delicia que trasciende generaciones.
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