Panecillos de calabaza con canela: la receta del ISSSTE para disfrutar en familia
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) compartió una receta ideal para cocinar en familia: panecillos de calabaza con canela, suaves, aromáticos y sin azúcar añadida.
La iniciativa forma parte del programa #NUTRISSSTE, que promueve la alimentación saludable, pero también la conexión emocional a través de la cocina.
La propuesta del ISSSTE no solo busca fomentar una alimentación más consciente, sino también invitar a niñas y niños a participar activamente en la preparación de sus alimentos, usando sus sentidos: tocar, oler, ver, mezclar y disfrutar.
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La idea es dejar que los peques se ensucien, que jueguen con los ingredientes y que compartan el momento con mamá, papá o sus cuidadores.
El simple acto de mezclar o formar bolitas con las manos puede ser una experiencia mágica para un niño. Es una forma de explorar el mundo, de aprender y de fortalecer vínculos afectivos en casa.
Ingredientes sencillos, resultado delicioso
La receta es muy sencilla, accesible y saludable. No lleva azúcar añadida y puede adaptarse para dietas vegetarianas usando chía en lugar de huevo. Estos son los ingredientes:
- 1 taza de puré de calabaza cocida
- 1 taza de harina de avena o integral
- 1 huevo (o chía hidratada como sustituto vegetal)
- 1 cucharada de aceite vegetal
- ½ cucharadita de canela molida
- ¼ de cucharadita de polvo para hornear
¿Cómo prepararlos?
- Precalienta el horno a 180 °C.
- En un tazón, mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa suave.
- Invita a tu hijo o hija a mezclar con sus manitas y disfrutar del aroma a canela y calabaza.
- Formen bolitas o usen moldes para darles forma.
- Decorar con un poco de avena encima o semillas al gusto.
- Coloca las piezas sobre una bandeja con papel encerado.
- Hornea durante 20 a 25 minutos, hasta que estén doraditos.
Desde la elección de ingredientes naturales hasta el momento en que los panecillos salen del horno, todo el proceso está pensado para ser educativo, nutritivo y afectivo. Además, los aromas cálidos de la calabaza y la canela estimulan la memoria olfativa, evocando recuerdos de hogar y celebraciones.
Este tipo de actividades también puede ayudar a que los niños desarrollen una mejor relación con los alimentos y estén más dispuestos a probar cosas nuevas.
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