San Pablo Coapan florece con el champurrado de cempasúchil

| 03:45 | Melina Zurita | UnoTV

A sólo 40 minutos de Xalapa, el pueblo de San Pablo Coapan celebra la llegada de la temporada de cosecha de la flor de cempasúchil, una tradición viva que tiñe de naranja los campos y llena los caminos de aroma a incienso, catrinas de papel maché y girasoles. Este paisaje anuncia el inicio de las celebraciones por el Día de Muertos en Veracruz.

Cada año, miles de visitantes llegan para presenciar todo el ciclo: desde la siembra y cosecha de la flor hasta la instalación de los altares los días 1 y 2 de noviembre, cuando se honra a Todos los Santos y a los Fieles Difuntos.

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En el corazón del pueblo, el templo de María Magdalena guarda uno de los secretos más singulares de esta festividad: el champurrado de flor de cempasúchil. Elaborado por cocineras locales, este atole combina masa con pétalos de la flor, hervidos con agua y un toque de canela, cuidando que no se amargue la mezcla al incluir las semillas. El resultado es un sabor floral, suave y perfumado, que simboliza la memoria de los que ya partieron.

Durante las últimas semanas de octubre, San Pablo Coapan se transforma en una galería al aire libre. Catrinas gigantes, altares decorados con velas, calaveras de azúcar y copal enmarcan la devoción de un pueblo que honra su herencia con arte y sabor.

Quienes buscan vivir la experiencia completa pueden dejar su vehículo en el centro y caminar unos 15 minutos hasta el santuario. El trayecto, rodeado de campos de flor, invita a disfrutar de la gastronomía típica: tamales de elote, pan de muerto, atole morado y el inconfundible champurrado de cempasúchil.

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Más que una visita, esta festividad representa un reencuentro con las raíces y con los símbolos que han guiado por generaciones el culto a los muertos en las comunidades veracruzanas.