¿Lavas tus pies con sal y bicarbonato?; la verdad detrás de este remedio casero

| 10:20 | Georgina Becerril | Europa Press
Baño de pies
Los baños de pies no siempre son buenos para la salud.

Sumergir los pies en agua con sal y bicarbonato se ha vuelto una práctica común entre usuarios de redes sociales que buscan relajarse, suavizar la piel o quitar el mal olor. Aunque este truco casero es popular en TikTok, Instagram y blogs de autocuidado, no todo lo que se dice sobre sus beneficios está comprobado científicamente, según un reporte de Europa Press.

El baño de pies con estos ingredientes parece sencillo: basta con agua templada, una cucharada de sal y otra de bicarbonato. Pero, ¿realmente sirve para algo más que sentirte bien un rato?

¿Sirve el baño de pies con sal y bicarbonato?

Sí, ¿pero con matices. De acuerdo con información recopilada por Europa Press, el bicarbonato puede funcionar como un exfoliante suave y como neutralizador de olores, aunque los estudios más sólidos sobre su eficacia se enfocan en otras partes del cuerpo, como las axilas o la boca.

En el caso de la sal, especialmente la marina o la del Mar Muerto, sí hay evidencia científica que respalda sus propiedades hidratantes y antiinflamatorias en afecciones cutáneas como la psoriasis o la dermatitis atópica. Sin embargo, estos beneficios se han visto mayormente en tratamientos médicos supervisados.

Bicarbonato: exfoliante e inhibidor de olores

El bicarbonato de sodio tiene una larga historia en dermatología como exfoliante físico. Al aplicarse sobre la piel, ayuda a remover células muertas, dejando la piel más suave y favoreciendo su renovación natural.

Además, su capacidad para cambiar el pH de la piel lo hace útil para combatir bacterias que causan mal olor. Aunque esto ha sido demostrado principalmente en otras zonas del cuerpo, se cree que también puede ser útil en los pies, especialmente para personas con sudoración excesiva o mal olor.

Sal marina: beneficios reales en la piel

La sal, sobre todo la del Mar Muerto, se ha usado en tratamientos dermatológicos con resultados positivos. Estudios clínicos señalan que baños con estas sales ayudan a mantener la piel hidratada, reducir la inflamación y mejorar su barrera natural gracias a minerales como el magnesio.

Además, al igual que el bicarbonato, la sal actúa como exfoliante físico y ayuda a eliminar durezas o callosidades, muy comunes en la zona de los talones y plantas de los pies.

¿Y contra los hongos?

Uno de los supuestos beneficios más difundidos en redes es el efecto antifúngico del bicarbonato. Una investigación realizada en Perú comparó el bicarbonato al 5% con la nistatina (un antifúngico usado en medicina) frente a la levadura Cándida albicans. Aunque el bicarbonato mostró una leve capacidad para inhibir al hongo, el efecto fue mucho menor que el del medicamento.

Esto quiere decir que, aunque pueda ayudar un poco, no reemplaza ningún tratamiento médico ni debe usarse como único método para combatir infecciones por hongos.

Entonces, ¿vale la pena hacerlo?

Sí, siempre que se haga con expectativas realistas. Sumergir los pies en agua con sal y bicarbonato no es un tratamiento milagroso, pero puede:

  • Relajar los músculos después de un día largo
  • Eliminar células muertas
  • Suavizar la piel en zonas con durezas
  • Neutralizar el mal olor

“Es una rutina que puede complementar el cuidado personal, pero no sustituye tratamientos médicos”, explican especialistas citados por Europa Press.

Eso sí, no va a “desintoxicar el cuerpo” ni a curar enfermedades. Y, si hay problemas como hongos, grietas profundas o dolor constante, lo mejor es acudir al dermatólogo.