¿Por qué el papel de baño es lo primero que se acaba en tiempos de emergencia?

| 12:11 | Aldo Flores | The Conversation
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¿por qué se acaba el papel de baño en una emergencia? Foto: Pexels

Ya sea en apagones, huracanes, pandemias o cualquier emergencia, hay algo que parece más valioso que el oro: el papel higiénico; basta con que ocurra una crisis para que las estanterías de los supermercados se vacíen, y el papel de baño sea lo primero en desaparecer, pero, ¿por qué sucede esto?

Durante el apagón que afectó a España y Portugal el pasado 28 de abril de 2025, que dejó sin suministro eléctrico a millones de personas durante varias horas, en cuestión de horas, los rollos de papel higiénico volaron de las tiendas. Aunque pueda parecer irracional, hay razones psicológicas y sociales muy concretas detrás de este comportamiento colectivo.

¿Por qué el papel higiénico escasea en una emergencia?

Esta acción evoca recuerdos de inicios de la pandemia de covid-19 en marzo de 2020 cuando la incertidumbre y el miedo impulsaron la adquisición de productos considerados esenciales, aunque el origen es distinto, el comportamiento colectivo de compra se repite. 

Durante la pandemia la venta de papel higiénico se multiplicó por cinco en algunos países, hay imágenes de personas con carros llenos de rollos que se volvieron virales, generando alarma y burla, pero hay estudios que tratan de comprender este fenómeno social.

De acuerdo con una revisión realizada por el grupo del investigador español Javier Labad, identificó mecanismos que pueden explicar este comportamiento, entre ellos destacan sesgos cognitivos sociales como el “efecto bandwagon” que es cuando las personas imitan comportamientos observados en otros y el estrés provocado por la situación. 

Uno de los principales detonantes es la percepción de escasez, amplificada por redes sociales y medios de comunicación. Esta percepción alimenta la ansiedad y lleva a actuar de forma impulsiva, incluso sin una necesidad real. 

Además, se revelan ciertos rasgos de personalidad influyen en este comportamiento: las personas con alta conciencia (organización, previsión) tienden a acopiar productos, mientras que quienes presentan mayor emocionalidad (ansiedad, dependencia) son más sensibles a las amenazas percibidas.

Este fenómeno se ha documentado con más frecuencia en países como Australia, Japón o Taiwán, lo que sugiere que también existen factores culturales que determinan cómo se responde al riesgo. 

Como explica un artículo del Center for Emotional Health, es importante diferenciar entre el acaparamiento ocasional por crisis y el trastorno de acumulación patológica (hoarding disorder), que requiere un diagnóstico clínico. Comprar papel higiénico en situaciones excepcionales no debe verse como una patología, aunque puede tener consecuencias sociales, como desabasto o tensiones entre consumidores.

Más allá de lo práctico, el papel higiénico tiene una carga simbólica importante. El sociólogo australiano Jon Stratton afirma que representa valores fundamentales en la vida moderna, como la higiene, el orden y la dignidad. Su escasez se percibe como una amenaza directa al estilo de vida civilizado. 

Así, más que cubrir una necesidad fisiológica, las compras de papel higiénico responden al deseo de preservar una sensación de control en medio del caos.

¿Por qué el papel de baño?

Durante la pandemia de covid-19, algunas explicaciones apuntaron a síntomas como la diarrea, presente en un 10-12% de los casos, como posible causa del acaparamiento. 

Sin embargo, como señala el psiquiatra Víctor Pérez-Solá Labad, este dato no explica la rapidez ni la magnitud de la respuesta colectiva. Las compras masivas comenzaron incluso antes de conocerse los síntomas del virus; el verdadero motor fue la incertidumbre.

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Este tipo de comportamiento no es nuevo, en 1973, un comentario en tono de broma del comediante Johnny Carson sobre una posible escasez de papel higiénico en EE. UU. bastó para desatar compras de pánico.

El reciente apagón, aunque no implicó una amenaza sanitaria inmediata, reactivó ese patrón: la interrupción de servicios básicos generó una sensación de vulnerabilidad que derivó en respuestas instintivas de autoprotección, el papel higiénico, por su durabilidad. 

En una sociedad hiperconectada, pero también vulnerable a la desinformación y al contagio emocional, estas reacciones no son simplemente irracionales: son, en el fondo, profundamente humanas.