En el mundo hay un sinfín de tradiciones que se quedan enmarcadas para recibir un nuevo año, y una de ellas es arrojarse al río Tíber a una altura de alrededor de 20 metros donde los más temerarios se lanzan clavados y aseguran es fuente de prosperidad para un excelente inicio de año.
¿Qué se sabe de los clavados por llegada de año nuevo en el Tíber?
También en muchas partes del mundo acostumbran zambullirse en las aguas frías durante el primer día del año, tal es el caso de los Italianos que gustan congelarse un poco al aventarse un clavado al Río Tíber, una tradición romana que suele cumplirse año con año.
Sin importar las edades, temerarios clavadistas se dan cita en un puente del casi congelado río Tíber, para arrojarse sin miedo al vacío, pues aseguran esta tradición es fuente de armonía, prosperidad y virtudes para el comienzo de año.
A pesar de la pandemia por COVID-19 y ante los cierres que se han registrado en varias partes de Europa, esta tradición se mantiene vigente con el pasar de los años, pues aseguran, inició desde los años 50 del siglo pasado, como una forma de ahuyentar la mala fortuna.
Las temperaturas en invierno en el río pueden oscilar entre los -5 a 3 grados, sin embargo, eso no es impedimento para que los más aventureros y extremos suban a lo alto del puente y se arrojen en trajes de baño.
