Detienen a contrabandistas ¡Llevaban 120 colmillos de elefantes!

En total, 118 colmillos de elefantes han sido decomisados en Ambam, sur de Camerún, un conocido centro de tráfico de marfil cerca de la frontera con Gabón y Guinea Ecuatorial, anunció Jean-Claude Ekoube, portavoz de las aduanas camerunesas, quien agregó que este decomiso pesa 675 kilogramos: “el más importante realizado en” ese país de Áfricaen cuanto a cantidad en cinco años”.

El cargamento de colmillos de elefantes, procedente de Gabón, era transportado en una furgoneta y escondido bajo un doble fondo, que también llevaba madera, según un reportaje de la televisión estatal camerunesa. Su destino final era Asia: “Cuatro traficantes, tres cameruneses y un gabonés fueron detenidos con el cargamento”, precisó Jean-Claude Ekoube ante representantes de los medios de comunicación.

El tráfico de los colmillos de elefantes está siendo alimentado por la fuerte demanda que existe en Asia y en Oriente Medio, donde se usan en medicina tradicional y en la decoración de lujo, pese a la moratoria decretada en 1989 sobre su comercio internacional. El kilogramo puede valer en el mercado negro hasta siete mil euros, lo que en dólares estadounidenses sería ocho mil 300 y en pesos mexicanos sería 173 mil 200.

COVID-19 ayuda a elefantes en Asia

En Sri Lanka, una isla socialista situada al sur de la gran India, el confinamiento a causa del coronavirus (COVID-19) ha reducido enfrentamientos entre humanos y elefantes, que frecuentemente finalizan de forma sangrienta, de acuerdo a activistas medioambientales. En 2019, un récord de 405 elefantes fue abatido por humanos en esta república. Asimismo, 121 personas fueron muertas por elefantes.

“Podemos decir que el conflicto entre humanos y elefantes ha disminuido durante el confinamiento COVID-19. Pero esto es solamente algo temporal. Los agricultores comenzarán a defender sus cosechas y se reanudarán las matanzas”.

Jayantha Jayewardene, especialista en elefantes reconocido internacionalmente.
Los colmillos de elefantes confiscados en Camerún provienen de Gabón y Guinea Ecuatorial, todos países en África. Foto: Getty.

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