En Cuba, cuando llegan las primeras lluvias de primavera, cangrejos amarillos y negros migran desde el bosque para cruzar la carretera y desovar en la playa, coloreando la isla de intensos colores, gracias también a que su tráfico se redujo desde 2019 por el coronavirus (COVID-19).
En Matanzas, Cuba, residentes aseguran que la mayoría de cangrejos eran víctimas de neumáticos en los años anteriores, pero ya les fue construida una ruta para ellos solos, aumentando en tamaño y número, mejorando su salud y desovando cuando las lluvias llegan.
Lluvias en Cuba
- Científicos dicen que aún deben confirmar informes iniciales de recuperación inducida por pandemia
- El Centro de Servicios Ambientales de Cuba dijo que la avalancha de cangrejos de 2022 habla por sí sola
Para los cangrejos, el regreso pospandemia de turistas y vehículos es un duro despertar: a medida que autos pasan a toda velocidad en otras zonas, algunos conductores giran bruscamente para evitar a los crustáceos de 10 patas y sus caparazones rígidos de color rojo.
“Esta densidad de cangrejos responde posiblemente al poco tráfico que había por el COVID-19. La gente pasaba mucho tiempo en casa, y es muy probable que esto haya provocado recuperación de población”.
Reinaldo Santana, Centro de Servicios Ambientales de Cuba.
Cangrejos y luvias
- “He viajado bastante… pero creo que esta especie es típica del lugar, de aquí de Cuba”, dijo Dayana Zanona, una turista italiana
Una migración similar ocurre en la Isla de Navidad, territorio de Australia, donde millones de cangrejos emergen del bosque para comenzar su viaje, con la facilidad de vialidades y puentes construidos por las autoridades, a fin de mantenerlos seguros de la actividad humana.