El ejército etíope advirtió este domingo sobre un inminente ataque contra Mekele, la capital de la región disidente de Tigré y sede del gobierno local, al que el gobierno federal intenta derrocar, instando a la población civil a huir mientras aún haya tiempo.
“La próxima batalla decisiva será rodear Mekele con tanques”, destacó el portavoz militar Dejene Tsegaye ante medios gubernamentales, amenazando con establecer un sitio a la ciudad, bastión del Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF), que controla la región.
Este portavoz se dirigió al medio millón de habitantes de la ciudad: “Sálvense. Han sido dadas las directivas para apartarse de la junta, luego ya no habrá la menor piedad”.
Premio Nobel de la Paz 2019, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, lanzó este operativo el 4 de noviembre contra el TPLF, acusándolo de intentar desestabilizar al gobierno federal y de haber atacado dos bases militares etíopes en la región, lo que las autoridades de Tigré niegan de plano.
El sábado, el gobierno afirmó que el ejército federal avanzaba hacia Mekele y ya había tomado bajo control varias ciudades, incluidas Aksum y Adigrat, a unos 117 km al norte de la capital regional.
“Las fuerzas militares han tomado bajo su control la ciudad de Edaga Hamus, ubicada en la carretera entre Adigrat y Mekele”, a 100 km de ésta, señaló este domingo una agencia gubernamental, Ethiopia State of Emergency Fact Check.
“Actualmente, las fuerzas progresan hacia el último objetivo de la operación, la ciudad de Mekele”, añadió.
Ninguna afirmación de las partes ha podido ser verificada apoyándose en fuentes independientes, puesto que Tigré está prácticamente aislada del mundo.
El TPLF indicó el sábado que algunos civiles habían muerto en un “intenso bombardeo” contra Adigrat por parte del ejército etíope. Aunque el gobierno afirma que el operativo militar no tiene por objetivo a la población civil.
No hay ningún balance preciso de los enfrentamientos, en los que han muerto centenares de personas desde el 4 de noviembre, de acuerdo a una fuente independiente.
En este contexto, unos 36 mil etíopes han llegado a Sudán, según la Comisión de refugiados del país vecino.
Tras haber dominado durante 15 años la lucha armada en Etiopía contra el régimen militar-marxista del Derg, derrocado en 1991, el TPLF ha controlado con mano de hierro el aparato político y de seguridad del país, para después haber sido gradualmente marginado por Abiy, desde que fue designado primer ministro, en 2018.