Erupción límnica: cuando el veneno surge de las entrañas del lago

Una erupción límnica surge desde las aguas profundas de un lago rico en gas. Foto: AFP / Satellite image ©2021 Maxar Technologies

Una erupción límnica, la hipótesis más catastrófica barajada tras el despertar del volcán Nyiragongo en República Democrática del Congo (RDC), surge cuando las aguas profundas de un lago rico en gas remontan a la superficie, liberando grandes cantidades de CO2 y asfixiando a las poblaciones aledañas.

Este tipo de catástrofe inhabitual tuvo lugar en Camerún en 1986: el lago Nyos mató a casi mil 800 habitantes y eliminó varias miles de cabezas de ganado. Entre las hipótesis barajadas por los expertos tras la erupción del volcán Nyiragongo, esta es de lejos la peor.

Pero a priori “no es la más probable“, afirma el vulcanólogo Patrick Allard, tras una reunión del Observatorio de Vulcanología de Goma, en el Este de RDC.

Actualmente, los ríos de lava del volcán han cesado, pero el magma que los provocó se está expandiendo bajo tierra, a una profundidad estimada de entre 0 y 4 km por debajo del nivel del mar.

¿Cómo sucedería una erupción límnica?

Centenares de millones de metros cúbicos de magma pasaron ya por debajo de Goma y se dirigen hacia el lago Kivu, al sur de la ciudad, sin que sea posible predecir lo que sucederá, según Allard, experto del Instituto de Física del globo de París.

Una erupción límnica sucedería si el magma llegara al fondo del lago. Se trata de un lago “tectónico” que contiene en sus profundidades gigantescas cantidades de gas, concretamente dióxido de carbono (C02) y metano. Una composición característica del Gran Rift, una superficie geológica de África del Este constituida de fallas de volcán ricas en gas.

Las profundidades del lago Kivu están alimentadas por estas “fugas de gas” procedentes del manto terrestre. Al ser más densas, se almacenan en el fondo, pero cuando el lago es desestabilizado, sus capas pueden invertirse bruscamente.

Según Allard, si llega, el magma puede calentar el agua, haciéndola remontar en forma de burbujas, lo que aligeraría las capas profundas. 

Así el lago “se invertiría”, dejando escapar su inmensa reserva de CO2, un gas más pesado que el aire que no se evapora y que se vuelve mortal con una concentración superior al 15% en la atmósfera.

Asfixia fulminante

“Si se respira, el corazón deja de latir. Es inodoro, incoloro, pero la asfixia es fulminante”, explica el investigador.

En Camerún, los habitantes murieron mientras dormían, añade.

En otro episodio, 149 aledaños fueron hallados muertos “los unos sobre los otros” tras haber atravesado sin verla una nube de CO2 que salía del suelo, un fenómeno denominado “erupción freática”, similar a la límnica e igualmente peligrosa.

Pero hasta ahora nunca se dio una erupción de este tipo “a escala de una ciudad como Goma“, según este científico. “No creo que sus habitantes estén expuestos a un riesgo de liberación masiva de gas. Me inclino por la hipótesis de una erupción localizada, que pese a todo es peligrosa”.

¿Puede prevenirse la catástrofe? Es difícil de saber pero existen técnicas de vigilancia (captores en el lago, sismógrafos para rastrear el magma…) para decidir una evacuación de ser necesario. La peligrosidad dependerá también de la dirección de la nube tóxica. Para protegerse, una mascarilla de oxígeno podría funcionar.

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