Hasta 1.6 millones de personas en EU seguirían sin olfato tras padecer COVID-19: estudio

Muchas personas recuperadas de COVID-19 continúan con secuelas tras recuperarse de la enfermedad, entre ellas, la disfunción olfativa crónica. Un estudio reveló que, entre 700 mil y hasta un millón 600 mil ciudadanos de Estados Unidos (EU) podrían tener afectado el sentido del olfato incluso después de superar la enfermedad.

El estudio se publicó en la revista JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery, con el título Creciente preocupación de salud pública por la disfunción olfativa crónica a causa de COVID-19, y detalló que, durante el comienzo de la pandemia, se elevó el número de personas con disfunción olfativa crónica.

“El análisis de nuevos casos diarios de COVID-19, la incidencia aguda de la disfunción olfativa y las tasas de recuperación sugieren que más de 700 mil y, posiblemente, hasta 1.6 millones de personas estadounidenses experimentan la disfunción debido al SARS-CoV-2″.

Estudio

La disfunción olfativa por el COVID-19 surgió en agosto de 2020 en Estados Unidos: seis meses después de que comenzara la pandemia hubo un aumento constante en la cantidad acumulada de personas estadounidenses con dicho padecimiento, esto hasta abril de 2021.

“A partir de mayo de 2021, el análisis predijo un aumento casi exponencial en la pendiente de la cantidad acumulada de personas estadounidenses con disfunción olfativa crónica hasta agosto”, mencionó el texto.  

Consecuencias de este padecimiento

La pérdida del olfato representa una disminución en la calidad de vida en general, que se traduce en una ingesta de alimentos deficiente, en la incapacidad para detectar gases y humo nocivos, y hasta síntomas depresivos.

Más sobre el estudio:

  • El análisis señala que personas que fueron víctimas del virus siguen sin notar cambios en su olfato tras más de seis meses de haber superado la enfermedad.
  • Lo anterior, supone una preocupación de salud pública creciente, pues miles de personas resultaron con alteraciones en ese sentido.

El estudio detalló que, regularmente, las personas que pierden el olfato tras enfermar de COVID, lo recuperan en un plazo máximo de un mes. Sin embargo, para otras personas el proceso podría ser más lento o, incluso, lo que preocupa a los investigadores es que nunca vuelva.

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