¿Qué pasa cuando muere un Papa? Éstos son los rituales programados

El Papa Francisco falleció este lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años. ¿Qué sucede cuando muere un pontífice? El Vaticano estableció en 2024 un nuevo protocolo que reemplaza rituales centenarios.
En un giro histórico que refleja el espíritu de sencillez y reforma que ha caracterizado su papado, el Vaticano ha redefinido los rituales fúnebres, bajo la guía del Papa Francisco.
Estos cambios, implementados en 2024, modernizan las tradiciones centenarias y también enfatizan la dimensión pastoral y humana del líder de la Iglesia católica.
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Un nuevo enfoque para un momento solemne
El proceso comienza con la confirmación de la muerte, que ya no se realizará en la habitación privada del Papa, sino en la capilla, un espacio sagrado que simboliza su conexión espiritual con la comunidad. Este acto, más íntimo y reverente, marca el inicio de un ritual que busca alejarse de la pompa y acercarse a la esencia de su ministerio.
Adiós a los ataúdes múltiples
Uno de los cambios más llamativos es la eliminación de los tres ataúdes tradicionales (ciprés, plomo y roble), reemplazados por un único féretro de madera con interior de zinc. Esta decisión no sólo simplifica el proceso, sino que también refleja la austeridad que Francisco ha promovido durante su pontificado.
Exposición sin adornos
El cuerpo del Papa ya no se exhibirá sobre un catafalco en la Basílica de San Pedro, sino que permanecerá dentro del ataúd durante la exposición. Este gesto, más sobrio, subraya la igualdad fundamental de todos los fieles ante la muerte, independientemente de su posición.
El báculo papal: un símbolo que descansa
En un movimiento simbólico, el báculo papal ya no acompañará al pontífice en su exposición. Este cambio refuerza la idea de que el liderazgo espiritual no se reduce a objetos ceremoniales, sino que reside en el legado de servicio y guía pastoral.
Libertad para elegir el lugar del descanso final
Por primera vez, un Papa tiene la opción de ser enterrado fuera de la Basílica de San Pedro. Francisco expresó su deseo de reposar en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, un lugar cercano a su corazón y que refleja su devoción. Esta flexibilidad permite que el pontífice sea recordado en un espacio que tenga un significado personal.
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Títulos más sencillos, un mensaje más claro
Durante las ceremonias, el Papa será referido con términos más simples como “obispo de Roma” o “pastor”, dejando atrás las denominaciones más formales. Este cambio refuerza la idea de que el Papa es, ante todo, un servidor de la fe y no una figura de poder terrenal.
La despedida de la Cámara Apostólica
La eliminación de la Cámara Apostólica, el grupo de eclesiásticos que asistía al camarlengo durante el periodo de Sede Vacante, marca otro paso hacia la simplificación administrativa. Este ajuste refleja la visión de Francisco de una Iglesia más ágil y menos burocrática.
Un legado de humildad y reforma
Estas modificaciones no sólo transforman los rituales fúnebres, sino que también encapsulan el espíritu del papado de Francisco: una Iglesia que prioriza la humildad, la cercanía con los fieles y la simplicidad en todas sus expresiones. En vida o en muerte, el mensaje es claro: el verdadero poder reside en el servicio y la fe.