Gabriela Ramos busca liderar la UNESCO y defiende la confianza en los organismos internacionales

| 14:10 | Redacción Uno TV | AFP
Ramos señaló que la UNESCO debe recuperar protagonismo en la construcción de la paz desde la educación y la cultura.
Gabriela Ramos forma parte del trio de candidatos. Foto: Cuartoscuro

Gabriela Ramos, economista y diplomática mexicana, defendió “la importancia de las instituciones internacionales” durante su visita a Londres, como parte de su campaña por la dirección general de la UNESCO, puesto que se definirá en octubre.

Ramos, de 61 años, forma parte del trío de candidatos al frente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, junto al egipcio Jaled el Enany y el congoleño Firmin Edouard Matoko. La mexicana, con décadas de experiencia en instituciones globales, aseguró que su propuesta busca “revalorizar el multilateralismo”, justo en un momento marcado por conflictos armados y desconfianza hacia los organismos internacionales.

“Llevo una vida trabajando en organizaciones multilaterales”, afirmó Ramos, actual subdirectora general de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO. También ha ocupado puestos clave en la OCDE, y su enfoque incluye igualdad de género, ciencia abierta y desarrollo sostenible.

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Impulso ético y tecnológico desde la UNESCO

Durante su gestión, Ramos lideró la adopción de la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, el primer marco normativo mundial sobre el tema. El objetivo fue garantizar que la IA sea inclusiva, transparente y respetuosa de los derechos humanos. “Sí se puede gobernar la tecnología con políticas, incentivos e inversiones”, dijo.

Propone que la UNESCO sea un referente para usar la tecnología en problemas globales como la deforestación, con un enfoque más humano y colaborativo.

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Educación, paz y cultura en tiempos de conflicto

Ramos también señaló que la UNESCO debe recuperar protagonismo en la construcción de la paz desde la educación y la cultura. Subrayó que, aunque no tienen mandato para mediar conflictos, sí pueden impulsar una educación para la paz, proteger el patrimonio cultural y defender a periodistas y científicos en zonas de riesgo.

“La educación debe ir más allá del éxito individual; debe preparar para enfrentar el cambio climático, promover la inclusión y construir un futuro más armonioso”, concluyó.