Historia detrás del icónico Vocho azul de Pepe Mujica
Pepe Mujica, expresidente de Uruguay, convirtió un Vocho azul en un símbolo internacional de austeridad. A lo largo de su mandato presidencial (2010-2015) y hasta sus últimos días, el vehículo estuvo presente en sus traslados diarios desde su granja hasta la sede de Gobierno en Montevideo.
El automóvil, un Volkswagen Escarabajo modelo 1987, representó la filosofía de vida de Mujica: sencillez, desapego material y coherencia entre lo que decía y lo que hacía. Incluso, tras recibir una oferta millonaria por el coche, el exmandatario decidió conservarlo.
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¿Por qué fue tan famoso el Vocho de Mujica?
El Vocho azul fue inseparable de la imagen pública de Mujica. Manejaba él mismo, sin escoltas, desde su casa en las afueras hasta el Palacio de Gobierno. En 2014, un jeque árabe ofreció un millón de dólares por el vehículo, pero Mujica lo rechazó. En su momento, dijo que si lo vendía, el dinero iría a beneficencia.
“No es un auto, es un compañero de muchas historias”, llegó a decir sobre el Vocho, que se volvió ícono en medios internacionales y hasta apareció en exposiciones fotográficas y caricaturas políticas. El coche, gastado por el tiempo y los kilómetros, nunca fue reemplazado.
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Un auto que reflejaba su estilo de vida
El vehículo dormía en el mismo garaje donde Mujica guardaba herramientas y cosechas. El presidente que donaba gran parte de su sueldo vivía en una casa rural sin lujos, y el Vocho fue reflejo de esa elección de vida. Con el tiempo, se volvió tan representativo como sus discursos en foros globales.
Hoy, el Vocho azul de Mujica es parte del recuerdo colectivo de una figura política que eligió vivir como la mayoría de sus gobernados, incluso desde el volante.
