La fundadora de la empresa de biotecnología estadounidense Theranos, Elizabeth Holmes, fue declarada culpable por fraude este lunes en un tribunal de California, en un caso que ha puesto en evidencia la cultura de negocios de Silicon Valley.
El jurado demoró una semana analizando el caso y concluyó que Holmes era culpable en cuatro cargos de fraude, considerando que engañó a los inversionistas para colocar dinero en su ‘startup’, la cual prometía revolucionar los exámenes de sangre con herramientas más rápidas y económicas que las utilizadas por los laboratorios tradicionales.
Pero el panel de 12 personas, que escuchó durante semanas argumentos de la defensa y la Fiscalía, además de evaluar compleja evidencia, eximió a la ejecutiva de otros cuatro cargos y no consiguió llegar a un acuerdo en relación a tres de las imputaciones que enfrentaba. Así, fue mantenida su libertad bajo fianza.
“Los veredictos de culpabilidad en este caso reflejan la culpabilidad de Holmes en este fraude de inversionistas a gran escala y ahora debe enfrentar la sentencia por sus crímenes”, dijo la fiscal Stephanie Hinds en un comunicado leído a las afueras del juzgado por un representante.
Holmes no emitió declaraciones al salir de la corte cuando se le preguntó si tenía intenciones de apelar.
La mujer es un ejemplo poco común en el mundo de los emprendedores tecnológicos, en un sector en el que abundan inversiones en promesas que no se materializan.
Su caso colocó además una línea divisoria entre la innovación tecnológica y la deshonestidad criminal.
A sus 37 años enfrenta la posibilidad de pasar varias décadas en la cárcel, pero la sentencia aún no está definida.
Flashes, consignas y doble
Antes de que saliera el sol ya se había formado una fila de periodistas y espectadores que esperaban llegar a la sala de audiencia ante el tribunal federal de San José, en el corazón de Silicon Valley.
En cuanto apareció Holmes, de la mano de su madre, la multitud se acercó a tomar fotos y gritar consignas en favor de la acusada, preocupando al juez Edward Dávila acerca de la influencia que podría tener en el jurado.
Incluso, una doble de Holmes, vestida como ella con cabello estirado hacia atrás y ropa negra, se unió a la concurrencia.
La semana próxima habrá otra audiencia para fijar las condiciones de su fianza. No fue definida la fecha de la audiencia en la cual será fijada su sentencia.
Esta expromesa del Silicon Valley fundó Theranos a los 19 años. Afirmaba que la empresa revolucionaría la industria de los exámenes de diagnóstico con máquinas que podrían emitir rápidos resultados con apenas unas gotas de sangre, un proyecto que atrajo a inversionistas muy importantes y la hizo multimillonaria a los 30 años.
Fue considerada la próxima figura del mundo de la tecnología y recaudó millones de dólares de inversionistas que apostaron en su empresa. Sin embargo, su imperio se derrumbó cuando el diario The Wall Street Journal publicó un informe que sostuvo que sus máquinas no cumplían con la funcionalidad prometida y que la ejecutiva podría haber engañado a inversionistas y pacientes.
Fingirlo hasta conseguirlo
Holmes colocó los logotipos de gigantes farmacéuticos como Pfizer y Schering-Plough en los informes de Theranos que elogiaban la tecnología de su empresa para analizar exámenes de sangre, y que eran después enviados a los inversionistas.
Esto lo hizo sin la autorización de esas compañías, lo cual fue una pieza clave en los argumentos de la Fiscalía que sostenían que ella deliberadamente intentó aumentar la credibilidad de Theranos para ganar respaldo financiero.
Theranos atrajo a importantes figuras como el magnate de los medios Rupert Murdoch, quien llegó a invertir 100 millones de dólares en la firma, el exsecretario de estado Henry Kissinger y el exsecretario de Defensa James Mattis.
Aunque todos estaban en la lista de testigos, la defensa sólo convocó a Holmes, y argumentó que ella creyó en Theranos y trabajó intensamente en el proyecto, pero falló.
Holmes también responsabilizó a su exsocio y exnovio Ramesh “Sunny” Balwani, un empresario casi 20 años mayor que ella quien era su mano derecha en Theranos.
Al punto de lágrimas, la estadounidense le aseguró al jurado que Balwani la maltrató y la obligó a tener relaciones sexuales, acusaciones que él refutó.
Balwani enfrentará otro juicio por su papel en Theranos, cuyos cargos rechaza.
El caso ha causado repercusión en Estados Unidos, por colocar en el banquillo a una figura del mundo de la tecnología y por colocar en la mira la ambiciosa cultura de los emprendedores.
No es común ver a emprendedores fallidos de Silicon Valley enfrentando cargos por fraude.
Uno de los más repetidos clichés del mundo de las nuevas empresas es “finge hasta que lo consigas”, lo cual sustenta la idea de que funciona convencer a la gente de invertir enormes cantidades de dinero con la esperanza de que un día alcanzarán el éxito prometido.