Contaminación obliga a cerrar numerosas playas en Libia

Además de las playas, en Libia sufren cortes de electricidad, crisis de liquidez e inflación. Foto: AFP

Con aguas residuales descargadas en el mar y basura apilada en la arena, la contaminación del litoral Mediterráneo de Trípoli impide a los habitantes de la asolada capital libia disfrutar de la playa.

El ministerio del Medio Ambiente ordenó en julio el cierre de numerosas playas a lo largo de los 30 km de línea costera de Trípoli, pese al sofocante calor veraniego.

“La situación es catastrófica. Necesitamos soluciones rápidas para este problema porque daña tanto al ambiente como a las personas”, dijo Abdelbasset al Miri, funcionario del ministerio encargado de monitorear la costa.

Las descargas diarias de aguas servidas sin tratamiento de los 2 millones de habitantes de Trípoli hacen que ésta sea la parte más contaminada de los mil 770 km de línea costera del país del Norte de África.

La infraestructura de Libia ha sido devastada

Latas, botellas y bolsas de plástico inundan el agua y la costa. En una playa cercana a un hotel grande, riachuelos llevan aguas negras sin tratar al mar, donde unos cuantos jóvenes entran al agua contaminada a refrescarse.

La infraestructura de Libia ha sido devastada por una década de conflicto, colapso del Estado y negligencia desde el derrocamiento de Muamar Gadafi en 2011.

Pero la única alcantarilla de Trípoli paró de funcionar mucho antes de eso, como muchas otras instalaciones industriales que cerraron por falta de fondos o de mantenimiento.

Como resultado, todas las aguas residuales de Trípoli van directo al Mediterráneo.

“Grandes cantidades de aguas negras son vertidas a diario en el mar”, comentó Sara al Naami, del concejo municipal de Trípoli.

Playas con una concentración de bacterias 500% más de lo normal

Pruebas de laboratorio han encontrado “una alta concentración de bacterias, 500% más de lo normal”, en cinco sitios a lo largo de la costa capitalina, agregó.

“Hemos planteado el tema de la contaminación del agua marítima de Trípoli a las autoridades del gobierno actual y el anterior, y enfatizamos la necesidad urgente de instalaciones de saneamiento”, indicó Naami.

Pero en ausencia de tales infraestructuras, se necesitan “soluciones temporales“, como tanques de sedimentación para filtrar el agua servida antes de que llegue al mar.

Una difícil tregua el año pasado permitió instalar un gobierno respaldado por la ONU, y hay elecciones previstas para diciembre. Pero en el día a día, los libios continúan sufriendo cortes de electricidad, crisis de liquidez e inflación.

Para un país de 7 millones de habitantes carente de instalaciones recreativas, nadar en el mar es una forma de relajar y refrescarse, y algunos se dan un chapuzón pese al riesgo.

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