¿Qué pasará con los objetos personales del Papa Francisco tras su muerte?
Con la muerte del Papa Francisco, se activa no solo el protocolo de sede vacante, sino también la administración de sus objetos personales, como
- Anillo
- Sotana
- Zapatos negros
- Pectoral de plata
- Maletín
A diferencia de pontífices anteriores, cuyas pertenencias se convirtieron en reliquias o se destinaron a exhibiciones, la figura de Francisco sugiere un camino diferente. Fiel a su estilo austero, es probable que sus posesiones materiales no sean expuestas ni veneradas públicamente.
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De acuerdo con expertos en historia vaticana, el destino de estos objetos dependerá del testamento privado del Papa y de las disposiciones que adopte la Santa Sede. Aunque no hay un protocolo único, el Vaticano suele aplicar criterios de discreción, sobriedad y respeto para tratar los bienes del pontífice.
Entre las posibilidades está que estos artículos se resguarden en los archivos vaticanos, o bien se entreguen a instituciones benéficas, como ha ocurrido con otras donaciones promovidas por el propio Francisco durante su vida.
Otros objetos susceptibles de ser donados a causas benéficas; o bien pasar a formar parte del archivo Vaticano son:
- Playeras de futbol
- Balones
- Lentes de lectura
- Libros
- Escritos
- Medallas, rosarios o regalos
Protocolo Papal: ¿Qué pasa con las pertenencias de un pontífice?
Cuando un Papa fallece, la figura del Camarlengo toma el control del Vaticano. Una de sus primeras acciones es verificar la muerte del pontífice y destruir simbólicamente el Anillo del Pescador, que representa la autoridad papal. Este acto evita falsificaciones y marca el inicio de la sede vacante.
Respecto a sus pertenencias personales —es decir, aquellas que no son bienes de la Iglesia como la tiara o los ornamentos litúrgicos oficiales—, el tratamiento varía según el pontificado. En la mayoría de los casos, se respeta la voluntad escrita del Papa. Si no existe, el Vaticano determina el destino de estos objetos de manera reservada.
Francisco, conocido por su rechazo a los lujos, vivió en la Casa Santa Marta en lugar del tradicional Palacio Apostólico, usó vestimentas sencillas y evitó símbolos de riqueza. Esto refuerza la idea de que sus objetos personales seguirán un camino privado, quizás alejado del culto o la exhibición pública.
El contraste con otros Papas: qué ocurrió con sus pertenencias
La historia reciente muestra ejemplos muy distintos en el manejo de las pertenencias papales:
- Juan Pablo II: su sotana manchada de sangre fue convertida en reliquia tras el atentado de 1981. Muchas de sus posesiones personales fueron trasladadas a museos y santuarios, especialmente en Polonia.
- Juan XXIII: varios objetos de su uso cotidiano, como su breviario, permanecen en exhibición en el Vaticano.
- Pablo VI: donó su tiara Papal a una iglesia en Estados Unidos como gesto de humildad.
- Benedicto XVI: tras su renuncia, sus libros, mitra y ornamentos litúrgicos se incorporaron al patrimonio documental y litúrgico del Vaticano.
Cada caso se trató de acuerdo con la personalidad del pontífice y los lineamientos que dejó por escrito o comunicó en vida. En el caso de Francisco, marcado por un discurso constante de sencillez, justicia social y despojo material, se proyecta que sus objetos personales serán tratados con la misma mesura.
Aunque es común que artículos usados por los Papas pasen a formar parte del patrimonio religioso o se veneren por fieles como reliquias, el legado de Francisco podría evitar ese camino y centrarse en el valor simbólico de sus gestos más que en el de sus pertenencias.
