Es hermoso, pero hay que matarlo: pez león es el terror del mar; ve por qué

“Es hermoso, pero hay que matarlo”, dice María Virginia Escalona, enfermera y pescadora submarina que participa en un concurso patrocinado por el Gobierno de Venezuela para cazar al pez león, que prolifera y pone en peligro ecosistemas marinos del Caribe y el Atlántico occidental.

El pez león (Pterois antennata), escorpión volador o cebra, “causa mucho daño”, pero su belleza se manifiesta en colores brillantes, espinas y aletas espectaculares pero venenosas. Es originario de los océanos Índico y Pacífico, y se extiende desde Florida, pasando por México, hasta Brasil.

Un pez león duro de cazar

  • Se alimenta de huevos, pequeños peces, crustáceos y moluscos
  • Es partícipe de la disminución de otras especies en los océanos
  • Su daño aumenta por contaminación, calentamiento global y sobrepesca

El pez león fue visto por primera vez en costas de Florida en 1985 porque se reproduce a escala gigante en el Caribe y amenaza con extenderse al Mediterráneo, donde ya comienza a colonizar. Laura Gutiérrez, investigadora venezolana en Islas Canarias, dijo:

“Es un pez invasor, no tiene competidor ni predador. Personas que lo tenían en acuarios lo soltaron porque se comía a peces o no podían darle tanta comida. No podemos erradicarlo, pero sí minimizar su impacto”.

Foto: Shutterstock.

Atrapar al pez león suele ser complicado, pues habita en aguas profundas, por lo que básicamente sólo se llega a este pez mediante inmersiones al fondo marino. Pocas veces se enredan en mallas de pesca, mientras continúan alimentándose de huevos de otras especies.

Pez león al gusto

  • Venezuela intenta frenar su propagación con concursos de pesca y promoción de su carne
  • El plato es poco rentable: cada kilo de ceviche de pez león se vende a 20 dólares
  • Sin embargo, se necesitan decenas de sumergidas para completar un kilogramo

William Álvarez, de 35 años, es experimentado pescador submarino de Chichiriviche de la Costa. Con cabello rasta y una sonrisa permanente en el rostro, William se lanza al mar todos los días con máscara, esnórquel y arpón para dar caza al furtivo pez león.

“Capturé al primero en 2008 o 2009, para ponerlo en una pecera. Su reproducción es descomunal: 30 mil a 40 mil huevos cada tres o cuatro días. Es un gran esfuerzo, pero por cada pez león menos, son miles de pececitos que no se va a comer, sabes que estás haciendo un favor al ecosistema”.

Qué opinas