Rusia lanza su satélite espacial Arktika-M para monitorear el clima en el Ártico

Este satélite de Rusia tendrá una órbita altamente elíptica que pasa por encima de las latitudes del norte. Foto: Reuters

Rusia lanzó este domingo su satélite espacial Arktika-M, el cual tiene como misión monitorear el clima y el medio ambiente en el Ártico, en medio de un impulso del Kremlin para expandir las actividades del país en la región.

El Ártico se ha calentado más del doble de rápido, que el promedio mundial, en las últimas tres décadas y Moscú está buscando desarrollar la región rica en energía, invirtiendo en la Ruta del Mar del Norte para el envío a través de su largo flanco norte, a medida que el hielo se derrite.

El satélite de Rusia alcanzó con éxito su órbita prevista después de ser lanzado desde el cosmódromo de Baikonur de Kazajstán, por un cohete Soyuz, así lo dijo Dmitry Rogozin, jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos, en una publicación en Twitter.

¿Será el único satélite que mande Rusia?

No. Rusia planea enviar un segundo satélite en 2023 y, combinados, ofrecerán monitoreo del Océano Ártico y la superficie de la Tierra las 24 horas del día, dijo Roscosmos.

El Arktika-M tendrá una órbita altamente elíptica que pasa por encima de las latitudes del norte, lo que le permitirá monitorear las regiones durante períodos prolongados, antes de volver a descender a la Tierra.

En la órbita correcta, el satélite espacial podrá monitorear y tomar imágenes cada 15-30 minutos del Ártico, que no pueden ser observadas continuamente por los satélites que orbitan sobre el ecuador de la Tierra, dijo Roscosmos.

El satélite de Rusia también podrá retransmitir señales de socorro de barcos, aviones o personas en áreas remotas como parte del programa internacional de búsqueda y rescate basado en el satélite Cospas-Sarsat.

“A medida que tienen lugar más actividad en el Ártico y se mueven hacia latitudes más altas, es crucial mejorar la capacidad de pronóstico del tiempo y el hielo. Los países, especialmente aquellos que se ven a sí mismos como potencias espaciales, quieren poder confiar en sus propios satélites y datos para informar sus actividades, ya sean de naturaleza comercial o militar.”

Mia Bennett, geógrafa de la Universidad de Hong Kong.

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