Tiendas cerradas y cubrebocas en una jornada electoral sin precedentes en EU

La tensión en torno a las elecciones presidenciales de este año se dejaba sentir en el aire. Foto: Reuters

Millones de estadounidenses están llamados a votar el martes en una jornada electoral sin precedentes, con la pandemia de COVID-19 y la sombra de posibles episodios de violencia e intimidación sobrevolando una de las elecciones presidenciales más polarizadas en la historia de Estados Unidos.

Los votantes de todo el país acudirán a los colegios electorales en un ambiente marcado por la pandemia, los disturbios civiles y una fuerte división política, aunque una cifra sin precedentes de más de 90 millones ya han emitido su voto por adelantado.

Muchos de los que voten de forma presencial el martes llevarán mascarillas, ya sea por elección personal o por obediencia a la ley, ya que el coronavirus está haciendo estragos en muchas partes del país.

Algunos votantes de las principales ciudades de Estados Unidos pasarán ante negocios cerrados como precaución contra posibles actos de vandalismo por razones políticas, una situación sin precedentes en un día de elecciones en Estados Unidos, donde la votación acostumbra a desarrollarse en un ambiente pacífico.

La tensión en torno a las elecciones presidenciales de este año se dejaba sentir en el aire el lunes en la sección de armas de la tienda Buchanan Trail Sporters de la pequeña ciudad de McConnellsburg, en el estado de Pensilvania.

“No importa quién gane, tienen la sensación de que se producirán disturbios civiles”, dijo Sally Hoover, copropietaria de la tienda, mientras media docena de compradores observaban cajas de armas y munición.

Hoover apoya al actual presidente, el republicano Donald Trump, en su carrera por reelección frente al candidato demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, que lidera las encuestas de opinión.

“La gente de por aquí no va a buscar pelea”, dijo Hoover. “Pero si la pelea llega, van a defender su propiedad y su forma de vida”.

Tensiones de Times Square a Texas

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y otros grupos de derechos civiles han dicho que seguirán de cerca posibles actos de intimidación a los votantes.

La filial de la ACLU en Georgia ha desplegado alrededor de 300 abogados por todo el estado en unos 50 posibles “puntos calientes” en los que podrían surgir problemas el martes, incluyendo 15 colegios electorales en Atlanta.

“Tenemos observadores electorales que están atentos a cualquier tipo de intimidación a los votantes”, dijo a los periodistas Andrea Young, directora ejecutiva de la ACLU en Georgia. “No sabemos exactamente lo que va a pasar, pero queremos estar tan preparados como sea posible.”

La División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia de Estados Unidos desplegará miembros de su personal en 18 estados para vigilar posibles casos de intimidación y la represión de votantes, incluidos algunos condados y ciudades sacudidas en los que se registraron disturbios civiles este año.

La policía y los propietarios de negocios dijeron haber adoptado medidas preventivas para proteger sus propiedades, con el recuerdo aún reciente de las protestas a veces violentas contra la injusticia racial que se vivieron este verano en muchas ciudades.

En la ciudad de Nueva York, los grandes almacenes Macy’s y el rascacielos que alberga la sede del canal Fox News, con el que simpatiza Trump, se contaban entre los edificios clausurados. En Rodeo Drive, una de las calles comerciales más caras de Beverley Hills en el estado de California, se retiraron joyas de los escaparates de Tiffany & Co y de Van Cleef & Arpels.

“Esperemos que todo esto sea innecesario”, dijo el lunes Kathy Gohari, vicepresidenta del Comité de Rodeo Drive, una asociación de comerciantes, mientras observaba a varios trabajadores clavando tablones de madera contrachapada en los escaparates de las tiendas de lujo.

Aun así, el aire de la plaza Times Square de la ciudad de Nueva York ya se ha visto agitada por puñosy palabrotas durante los últimos días, procedentes por igual de fervientes partidarios de Trump, demócratas y simpatizantes del movimiento antifascista conocido como antifa.

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