Una Navidad triste en Belén marcada por la guerra de Gaza

Una Navidad triste en Belén marcada por la guerra de Gaza
Foto: AFP

Las operaciones militares israelíes contra Hamás se intensificaron el domingo en la Franja de Gaza, en una espiral de violencia en ese territorio palestino que ensombreció la Nochebuena en Belén, situada en Cisjordania ocupada.

Los bombardeos prosiguieron sin descanso a lo largo del asediado y estrecho territorio palestino. El humo se elevaba sobre Jan Yunis (sur) y una potente explosión, grabada por desde el sur de Israel, sacudió el centro de la Franja.

“La guerra será larga”, advirtió el primer ministro israeli, Benjamin Netanyahu, tras rendir un homenaje a los 153 soldados  muertos desde el inicio de la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre. El ejército anunció poco después la muerte d eotro soldado.

“Estamos pagando un alto precio por la guerra, pero no hay más opción que seguir luchando”, añadió el dirigente nacionalista ante los miembros de su Gobierno. 

El conflicto se desencadenó el 7 de octubre tras una incursión de milicianos islamistas que mataron a unas 1.140 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un recuento basado en datos israelíes. Los comandos también secuestraron a unas 240 personas, de las cuales 129 siguen cautivas en Gaza.

En respuesta, Israel prometió “aniquilar” a Hamás y lanzó una ofensiva terrestre y aérea contra el territorio palestino de cerca de 2,4 millones de habitantes, gobernado por Hamás desde 2007. 

Según Hamás, considerado como organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, la ofensiva israelí ya se cobró la vida de 20 mil 424 personas, en su mayoría mujeres y niños.

Nuestro pueblo está muriendo

A unas horas de Nochebuena, la tristeza predominaba en Belén, la ciudad donde nació Jesús según la tradición cristiana, situada en Cisjordania, una región ocupada por Israel desde 1967,

Los cristianos palestinos -unos 50 mil, de los cuales cerca de mil viven en Gaza– tienen la atención puesta en la guerra y la alcaldía de Belén canceló gran parte de las celebraciones.

“Es difícil celebrar algo en un momento en que nuestro pueblo está muriendo”, dijo Nicole Najjar, una estudiante de 18 años entrevistada en una plaza del Pesebre desierta.

El Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, afirmó al llegar a Belén que “el mensaje de Navidad no es la violencia, sino la paz”. 

“Queremos la paz, sobre todo para los palestinos que la esperan desde hace demasiado tiempo”, añadió.

¿Dónde está la victoria?

La situación humanitaria en la Franja de Gaza, asediada completamente por Israel desde el 9 de octubre, es catastrófica. La mayoría de los hospitales están fuera de servicio y la población enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria, según la ONU.

En Rafah, ciudad del sur fronteriza con Egipto, algunos palestinos lloraban a sus familiares muertos.

“¿Dónde está la victoria de la que hablan? No se ha hecho nada salvo matar civiles”, lamentó Um Amir Abu al Awf, herido en la mano y la pierna por un bombardeo contra su casa en Tel al Sultan, al oeste de Rafah.

Estados Unidos sigue expresando un férreo apoyo a su histórico aliado Israel, aunque insiste cada vez más para que baje la intensidad de su ofensiva ante las muertes de civiles.

Los mediadores egipcios y cataríes tratan de negociar una nueva tregua, después de que un acuerdo a finales de noviembre permitiese el cese de los combates durante una semana y la liberación de 105 rehenes retenidos en Gaza a cambio de la 240 palestinos presos en Israel.

Según una fuente de la Yihad Islámica, el líder de este grupo palestino aliado de Hamás, llegó a El Cairo con una delegación para conversar sobre la detención de “la agresión sionista” y el “canje de presos”.

En el norte de Gaza, el ejército israelí anunció que descubrió “un depósito de armas adyacente a escuelas, una mezquita y un centro médico”, que contenía “cinturones explosivos adaptados para niños, docenas de granadas de mortero, cientos de granadas y material de inteligencia”.

A cambio de un poco de comida

Cerca del 80% de los 2.4 millones de habitantes de Gaza se ha visto desplazado por los combates, según la ONU. 

Pese a la resolución aprobada el viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU, que pedía a Israel autorizar el envío “inmediato, seguro y sin obstáculos” de ayuda vital a Gaza “a gran escala”, no se ha producido un aumento significativo de las entregas.

Ante la insistencia de Washington, la resolución no incluyó el término “alto el fuego”, limitándose a abogar por “crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades”.

“Para que la ayuda llegue a quienes la necesitan, para que los rehenes sean liberados, para evitar nuevos desplazamientos y, sobre todo, para poner fin a la devastadora pérdida de vidas humanas, la única salida es un alto el fuego humanitario”, declaró el domingo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.

En Rafah, donde cientos de miles de desplazados se refugian en campos improvisados, la población lucha por conseguir las insuficientes raciones de alimentos.

La resolución de la ONU “refuerza la decisión de Israel de matar a más civiles y prolonga la guerra contra este pueblo a cambio de un poco de comida”, criticó Rami al Jalut, un habitante del norte de Gaza desplazado hasta Rafah.

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