Estas personas podrían ser las primeras en recibir vacuna contra el COVID-19 en el mundo

Tanto en América Latina como en Europa y otras partes del mundo, los esquemas de vacunación se están terminando de definir y en algunos casos están por confirmarse. | Foto: AFP – Archivo

La carrera por formalizar una vacuna contra el nuevo coronavirus COVID-19 continúa su marcha a nivel mundial; sin embargo, una vez que las autoridades de salud hayan dado su autorización para su eventual aplicación, faltará determinar qué grupo de personas serán las primeras en recibir las primeras dosis.

Tanto en América Latina como en Europa y otras partes del mundo, los esquemas de vacunación se están terminando de definir y en algunos casos están por confirmarse; sin embargo, la aplicación de las primeras dosis parece apuntar a las personas vulnerables, adultos mayores y personal médico o esencial que ha estado expuesto durante todo este tiempo al nuevo coronavirus COVID-19.

A continuación, haremos un breve repaso de qué personas serían las primeras en recibir las primeras dosis en caso de que las autoridades correspondientes aprueben una vacuna contra el COVID-19, así como su distribución.

¿Quiénes serán los primeros en recibir la vacuna contra el COVID-19 en Estados Unidos?

La lista de las poblaciones prioritarias para recibir la vacuna contra el COVID-19 en Estados Unidos no se ha decidido oficialmente, pero las opiniones de los expertos ya divergen con las decisiones tomadas en otros países como Francia, en particular sobre los trabajadores esenciales.

No habrá una regla única en Estados Unidos. Al igual que en la campaña de vacunación contra la gripe H1N1 de 2009, el gobierno federal hará recomendaciones y dará libertad a cada estado para decidir el modo de distribución y el orden de prioridad entre:

  • Personas mayores
  • Cuidadores
  • Empleados de supermercados

Expertos también han emitido sus opiniones, muchas veces divergentes, que revelan la tensión central del debate; la vacunación debe proteger a:

  • Las personas más vulnerables
  • Las personas que faciliten la reactivación de la sociedad

Es en este tema, de cómo reanimar la economía lo más rápido posible, en el que Estados Unidos podría distinguirse.

¿Quiénes deben tener prioridad al momento de aplicar la vacuna?

En un informe de 200 páginas elaborado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, se da prioridad al personal sanitario “al frente” de la pandemia:

  • Paramédicos
  • Policías
  • Bomberos

Ya que todos ellos están muy expuestos al virus.

Las personas que tienen dos o más patologías como cáncer, obesidad, diabetes tipo 2, etc, independientemente de su edad y los 2 millones de personas en residencias de ancianos les siguen.

  • Algunos trabajadores también podrían recibir la vacuna

Los expertos estadounidenses se basan después ya no en la edad sino en la profesión y privilegian a los trabajadores “críticos”. Primero los maestros y los trabajadores que sirven para alimentar a los estadounidenses, quienes conducen autobuses y trenes, venden medicamentos, mantienen el orden o entregan correo y paquetes.

Estos son también a menudo los trabajadores:

  • Precarios, de minorías hispanas y negras, que han sido golpeados de manera desproporcionada por la pandemia. Una injusticia que los expertos quieren reparar explícitamente.

Después de que estos millones de trabajadores reciban la vacuna, se podrían vacunar personas con una sola patología, los sin techo, los presos y los mayores de 65 años.

Luego, los adultos jóvenes y especialmente los estudiantes, que tienen menos riesgo, pero han demostrado que son grandes propagadores del COVID-19.

Esta es solo una propuesta. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) están esperando la opinión de su propio comité de expertos, que votará el martes para decidir a quiénes podrían aplicarse la vacuna.

Este comité sugirió que podría priorizar a los cuidadores y trabajadores esenciales, ya que inmunizarlos proporcionará un “efecto multiplicador”. Es decir, no solo son actores esenciales en la respuesta sanitaria y de la economía, sino que están en contacto con mucha gente.

Quedan por resolver problemas concretos: si bien es fácil enfocarse en las residencias de ancianos y los hospitales, ¿cómo se supone que los farmacéuticos y los médicos pueden confirmar que un cliente es un trabajador esencial o que tiene dos patologías? 

Además, la administración de Donald Trump ha dicho que no estará sujeta a los consejos de su agencia de salud, y que los hogares de ancianos recibirán vacunas Pfizer/BioNTech a mediados de diciembre en caso de una luz verde de los reguladores.

Reino Unido

Según los planes de la Comisión Mixta de Vacunación e Inmunización del Gobierno de Reino Unido, las primeras dosis de una vacuna contra el COVID-19 serían para quienes viven y trabajan en residencias de ancianos, así como personal médico.

Según reportó el diario británico The Telegraph, las primeras 10 millones de vacunas podrían ser destinadas en su totalidad por los dos grupos prioritarios principales, compuestos por residentes y trabajadores de hogares de ancianos, personal del NHS y personas mayores de 80 años.

Con estas vacunas, se cumpliría con todos los grupos en riesgo, que se aplicarían en 6 meses y entre 40 millones de dosis, considerando que se necesitan dos para crear una fuerte respuesta inmune.

Italia

En Italia, país europeo más golpeado por la pandemia, el ministro de salud Roberto Esperanza anunció una “campaña de vacunación sin precedentes” que movilizará a miles de personas y que debería comenzar a finales de enero.

Las primeras dosis de una vacuna serán para las personas más expuestas a la enfermedad; es decir, adultos mayores, personas con diversos padecimientos o enfermedades crónicas, personas mayores de 60 años y mujeres embarazadas.

La otra ardua tarea será la de convencer a los reticentes, ya que según una reciente encuesta, el 16% de los italianos no estarían dispuestos a vacunarse.

España

La campaña española estaría dividida en tres etapas. En la primera, que tendría lugar los tres primeros meses de 2021, se aplicaría la vacuna a:

  • Residentes y al personal de las residencias de adultos mayores
  • Personas en condición de discapacidad
  • Personal de salud.

“Estamos hablando de aproximadamente 2,5 millones de personas”, dijo el ministro a la prensa. La segunda etapa será de marzo a junio y la última comenzaría en junio.

Francia

La alta autoridad sanitaria de Francia recomendó comenzar la vacunación con:

  • Residentes y empleados en riesgo de hogares de ancianos
  • Ancianos
  • Trabajadores de la salud
  • Mayores de 50 años
  • Personas cuyas profesiones impulsan la infección
  • Personas de sectores vulnerables
  • El resto de la población

En Francia, ha sido la Alta Autoridad de Salud (HAS por sus siglas en francés) la que ha develado sus recomendaciones, que pueden evolucionar según la situación. Esta se realizaría en cinco etapas, según revelaron en una rueda de prensa en línea este 30 de noviembre.

La prioridad es la de “proteger a los más vulnerables y a quienes cuidan de estos, para disminuir las formas graves, las hospitalizaciones y las muertes”.

De ahí que sean los residentes y trabajadores de establecimientos para adultos mayores los primeros en recibir la vacuna contra el COVID-19.

La segunda etapa sería la de inmunizar a los ciudadanos entre los 64 a 75 años con comorbilidades y luego los 64 a 75 años en general.

En la tercera, el turno será para los adultos mayores de 50 años.

La cuarta fase a quienes se desempeñan en un ambiente propicio al contagio y las personas vulnerables o precarias como los indigentes o la población carcelaria.

En último lugar se vacunará a las personas de 18 años en adelante, a condición de que los pacientes prioritarios hayan recibido las dosis. Como ya lo había anunciado Emmanuel Macron en su última alocución a los franceses, las vacunas serán gratuitas más no obligatorias.

Se trata de un enfoque parecido al sugerido por la Organización Mundial de la Salud y elegido por muchos países ricos, afirmó Saad Omer, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Yale.

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